Una de las partes que más me gustan de los libros de Jane Roberts El material Seth y Seth Habla es todo el tema de las realidades paralelas, mundos que co-existen codo a codo con el nuestro en otro plano frecuencial de los cuales no somos conscientes. Esta visión de múltiples realidades accesibles a través de portales la muestra perfectamente una de las peliculas de Matrix, la tercera creo, donde el “guardaespaldas” del personaje del Oráculo lleva a Neo por diferentes pasillos que contienen múltiples puertas, y cada puerta da acceso a un lugar distinto, a un mundo ligeramente diferente a la realidad de la puerta de al lado.
Películas aparte, las realidades o dimensiones paralelas son tan “reales” para aquellos que no están sujetos a la limitación de las percepciones del cuerpo físico como lo son para nosotros esta “realidad” en la que existimos y a la que estamos enganchados.
Muchos mundos en un solo presente
El continuo espacio-temporal de la tercera densidad no es una línea recta donde los sucesos van bien ordenaditos uno detrás de otro. Así es como lo percibimos nosotros, pero dista de ser la forma en la que se podría percibir fuera de este plano. Esa línea, en realidad, está compuesta por múltiples sub-lineas, como si de una cinta de audio de las antiguas se tratara, con varias pistas dentro de la misma cinta. Esa pista, el canal 1 de la cinta, discurre paralelo al canal 2 de la misma cinta, siendo invisibles el uno para el otro, pero reales y tangibles para alguien que ve la cinta en su totalidad desde fuera de la misma. Además, en esa cinta de música ya están grabadas todas las notas, las canciones, en un eterno presente, donde el pasado, el presente y el futuro no son sino puntos de referencia dentro de un marco establecido (el soporte de grabación), al cual puedes acceder (desde fuera) haciendo avanzar, retroceder o parando el casete.
Así, las realidades paralelas son esos planos adyacentes a los cuales se accede mediante portales (las puertas de Matrix), que se pueden abrir de forma espontánea por múltiples razones y por los cuales podemos vernos transportados, si tuviéramos la mala suerte de cruzar uno sin saberlo, a una dimensión paralela donde las cosas pueden ser parecidas, más o menos iguales o completamente diferentes. No representa ninguna ventaja ser capaz de cruzar de una realidad paralela a otra, si no sabes como volver de nuevo a la tuya. Esto ya es pura ciencia ficción tal y como series como Sliders nos muestran. Cruzar de una dimensión a otra estando energéticamente anclado a esta representa o puede representar perderte en el continuo espacio-temporal del planeta, en esta tercera densidad, donde al cruzar un portal te encontrarías en una realidad en la que no sabes manejarte, no sabes salir y no sabes como pedir ayuda. Además, podría darse el caso de encontrarte con algún otra parte de ti mismo existiendo en esa realidad, algo que muy bien podría darse de forma “física” y material si realmente esos portales te permitiesen cruzar de un plano a otro.
Realidades probables
Lo que es más interesante para nosotros no es la exploración de dimensiones paralelas donde no se nos ha perdido nada, sino el trabajo con nuestras realidades probables. Es decir, poder ir escogiendo y saltando entre futuros potenciales para focalizar en nuestro presente aquel que más nos interese. Esto está relacionado con las diferentes líneas temporales que se abren ante nosotros en todo momento, dentro del mismo “canal 1” de la cinta en la que existimos. A medida que avanza la cinta por el reproductor de música, vamos actualizando ese “futuro” convirtiéndolo en el “presente”, y dejándolo pasar yendo a parar a lo que llamamos “pasado” (lo que ya hemos escuchado de la cinta, pero que sigue latente y activo en la misma).
¿Y si pudiéramos escoger el futuro que queremos actualizar a nuestro presente?
Eso es muy sencillo, o por lo menos más sencillo que ir saltando de dimensión en dimensión (que se supone que se puede hacer con cierta tecnología, relacionada con el llamado Experimento Filadelfia, pero de lo que se supone que no sabemos nada aun). El trabajo con realidades probables es un trabajo energético, de “enganche” o sintonización de uno de esos potenciales futuros que están latentes en lo que nuestro cerebro interpreta como el “mañana”. Todo lo que nos puede suceder ya ha sucedido, está potencialmente y vibracionalmente hablando presente en otro punto de la creación al cual no nos hemos enganchado todavía, por lo tanto no nos hemos focalizado en el mismo, y no lo hemos actualizado como nuestro presente. Todas tus opciones, decisiones, elecciones y posibilidades están delante tuyo, como si de un montón de fotos estáticas cada una representando un futuro distinto estuvieran esperando a que te metieras dentro como uno de los personajes de la foto.
Andando por un pasillo
Aquí todo depende de lo capaz que seas de visualizar esos futuros o realidades probables. A mi, la forma en la que lo hago y que mejor me funciona es la siguiente. Si en un momento dado de mi vida me encuentro ante una encrucijada, me planto físicamente en algún pasillo largo y ahí me planteo la cuestión. ¿Que alternativas soy capaz de imaginar para esa encrucijada? Imaginemos que se trata de un proyecto que deseo conseguir o realizar. Delante mío me imagino dos o tres caminos posibles. Uno de esos caminos lleva a la realidad donde me han concedido el proyecto, lo estoy ejecutando, todo funciona bien y ese proyecto lleva a otras oportunidades. En otro lado, delante mío, en ese mismo pasillo, me imagino la otra opción, no me han concedido el proyecto, mi vida sigue como hasta ahora y no aparecen esas oportunidades que deseo tener. La tercera opción, pues cualquier otra, me conceden el proyecto pero no es exactamente como yo quiero, o cosas así.
La cuestión es imaginar y pensar que futuros probables tenéis desde la posición de observador en la que estáis en este momento presente. Y entonces empezáis a caminar, físicamente, como si estuvierais andando por una línea de tiempo imaginaria. En un momento determinado, esa línea se empieza a dividir en varias, cada una de esos desdoblamientos lleva a uno de los futuros probables que están latentes en potencia, así que físicamente, me desvío hacia el futuro que yo deseo actualizar como mi presente. Me pongo a andar por la nueva línea temporal (por ejemplo, en un pasillo largo de un metro de ancho, habría que imaginariamente dividir ese metro en tres o cuatro líneas de 20 o 25cm cada una), y trato de sentir que me engancho con esa línea temporal y esa realidad probable. Pongo la intención de engancharme a ella, de ello trato de sentir los sucesos que pueden venir mientras ando por esa línea imaginaria y cuando ya no puedo andar mas (el pasillo se acaba), trato de reafirmarme visualmente como me he enganchado y conectado con la línea temporal que realmente deseo.
Aprender a escoger constantemente el futuro que deseamos manifestar
Imagino que hay muchas formas de hacerlo. A mi me funciona así porque realmente, cuando ando, noto la energía de esa línea temporal (me lo esté inventando o no, la cuestión es que se perciben sensaciones de lo que sucede en esa realidad probable) y me reafirma la intención de escoger ese futuro en concreto que deseo para mi presente.
Es una forma como otra cualquiera de trabajar con la existencia múltiple de eventos potenciales dentro de nuestra realidad. Otra cosa es que cualquier día, causal o fortuitamente te encuentres cruzando un portal dimensional real por donde puedas acceder a otra realidad paralela, donde por supuesto podrás seguir creando realidades probables, pero esa realidad base te será ajena y extraña, porque no es tu mundo, sino un mundo al que has entrado por un agujero que ahora ya no sabes ni donde está, ni por donde buscarlo para volver a casa….como cruzar el espejo en Alicia en el País de las Maravillas,o algo por el estilo. Lo necesario no es trabajar con realidades paralelas, sino con la actualización de realidades probables, que de esas, tenemos hasta el infinito, y más allá.
David Topí
VÍA SOY ESPIRITUAL
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