Anthony de Mello en “El canto del pájaro”. Dice así:
“Desde que era niño se me ha considerado un inadaptado. Nadie parecía entenderme. Mi propio padre me dijo en cierta ocasión: «no estás lo suficientemente loco como para encerrarte en un manicomio ni eres lo bastante introvertido como para meterte en un monasterio. No sé qué hacer contigo».
Yo le respondí: «Una vez pusieron un huevo de pata a que lo incubara una gallina. Cuando rompió el cascarón, el patito se puso a caminar junto a la gallina madre, hasta que llegaron a un estanque. El patito se fue derecho al agua, mientras que la gallina se quedaba en la orilla cloqueando angustiadamente. Pues bien, querido padre, yo me he metido en el océano y he encontrado en él mi hogar. Pero tú no puedes echarme la culpa de haberte quedado en la orilla».
No lo olvides: eres el que eres… No temas seguir la llamada que surge de las profundidades de tu naturaleza. Sigue tu destino. Conviértete en el que puedes llegar a ser. No impongas tu camino, pero no te separes ni un ápice de él… Porque es el que te conducirá a tu máximo esplendor y alegría, es el que te permitirá ocupar tu lugar en la historia.
No vivas la vida de otro, pues a ti no te hará feliz. No eres un patito feo, eres un cisne. No vueles como ave de corral cuando puedes extender tus alas y alcanzarte a lo alto como un águila… No te quedes en la orilla cuando estás hecho para la mar…
Sé tú mismo, y anima a los demás a ser quienes deben ser. Es el mejor regalo que puedes hacerles… El mejor presente que nos puedes hacer.
Tomemos conciencia de nuestra importancia en la historia, y actuemos en consecuencia. La existencia de un mundo mejor –al menos un poco mejor- depende de nuestra valentía, de la decisión de ser auténticos, fieles a nosotros mismos a pesar de todas las posibles incomprensiones.
Hazlo por ti, hazlo por todos… Sé tu mejor tú, no seas otro.
Gracias por atreverte.
VÍA YO EVOLUCIONO
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