Los hombres han sabido confeccionar diversos aparatos para protegerse y defenderse en el plano físico: mira los cofres, los cerrojos, las puertas blindadas, las alarmas, sin hablar de las armas : cañones, tanques, cohetes, mísiles, etc. . . Pero en el plano espiritual son pobres, están desprovistos, expuestos a todas las agresiones. Y, sin embargo, existen medios y armas de todas clases. Todo lo que ha sido inventado en el plano físico tiene su equivalente en el plano espiritual. Los vestidos, por ejemplo, que nos protegen del frío, del calor, de los golpes, de la intemperie, de los insectos, están, en el plano espiritual, representados por el aura, que es una de las mejores protecciones. El verdadero vestido del hombre es su aura, con todos los colores que representan sus cualidades y sus virtudes. Sí, el aura es el vestido espiritual que tejen las virtudes, y particularmente la pureza y la luz internas. En ese momento, las energías sucias, que no tienen por qué acercarse, puesto que no encuentran alimento para ellas y no soportan la luz, te abandonan. El aura tiene un papel mágico, actúa sobre los espíritus del mundo invisible, atrayendo a las entidades luminosas y repeliendo a las entidades oscuras. Piensa en formar cada día, a tu alrededor, un círculo de luz, e imagina en el centro de ese círculo una fuente luminosa que brota sin cesar y cuyas ondas benéficas se difunden sobre nosotros y a nuestro alrededor.
Omraam M. Aivanhov.
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