Todos los ritos, ceremonias y liturgias de carácter religioso, realizadas con espíritu de buena voluntad, son actividades mágicas fundamentadas en el principio espiritual hacia el bien compartido, siendo unas de las fuerzas bienhechoras del planeta. Pero, para que una ceremonia, una liturgia o un determinado rito cumplan sus fines invocativos previstos, han de sujetarse a determinadas reglas mágicas:
a. Los oficiantes han de crear un clima de serena expectación, mental o emocional, según los casos, en las personas que forman parte del cuerpo místico de la liturgia.
b. Han de saber invocar conscientemente a las fuerzas sacramentales, dévicas o angélicas, mediante la fuerza mágica del ritual y poder prepararse convenientemente para transmitir los dones de aquellas fuerzas celestiales.
c. Han de saber también los métodos mediante los cuales las fuerzas dévicas invocadas, serán debidamente canalizadas y proyectadas en el alma de los asistentes al culto y convertir a cada uno de ellos en transmisores conscientes de aquellas fuerzas.
La serena expectación, exigida como regla natural en toda actividad realmente mágica, viene como resultado de la atención profunda y sostenida de los componentes del cuerpo místico de la liturgia hacia el acto mágico que se está celebrando, y de haber obtenido un cierto conocimiento intelectual de las sagradas leyes del contacto dévico. Estas son unas condiciones raras veces complementadas en las ceremonias religiosas o litúrgicas, las cuales se mueven generalmente en los niveles meramente devocionales y pocas personas se preguntan acerca de la labor que tienen asignada como componentes del cuerpo místico de la liturgia. Corrientemente suelen ser simples espectadores del acto místico o religioso que está desarrollándose ante sí, y nada aportan realmente que sea de verdadero interés y utilidad en el desarrollo de la ceremonia litúrgica o mágica. [Magia Organizada Planetaria, pág. 80]
6º. El Ashram del Maestro JESÚS, Chohán del sexto Rayo de la Devoción espiritual. Este Ashram, a través de siete Adeptos en esta línea de Rayo, tiene asignada la misión de encender en los corazones de los hombres la fuerza mágica del ideal, expresado en la obra viviente de la Naturaleza y en toda representación de la obra divina. La Devoción es la expresión del Amor surgido del corazón humano en serena expectación. [Magia Organizada Planetaria, pág. 105]
Esto lo irá consiguiendo a medida que se acelere el ritmo de la enseñanza y penetre en el sistema de entrenamiento espiritual más avanzado, cuyas fases dentro de la generalidad del proceso son medidas en términos de atención y de serena expectación. Por la firme atención depositada en el tipo de entrenamiento que le está siendo administrado, absorbe el discípulo la cantidad de energía que precisa para la realización de cualquier esfuerzo en el devenir de su desarrollo espiritual. La energía es así proporcional al esfuerzo y el esfuerzo proporcional a la energía. Ambos factores se equilibran armoniosamente de tal manera que nunca puede haber cansancio en el ánimo del discípulo por desgaste de energía, pues técnicamente hablando “el esfuerzo no existe”. Sólo hay esfuerzo donde no hay energía, es decir, donde no hay atención y la atención es un movimiento natural de la conciencia que hay que saber orientar convenientemente. Así, el trabajo del discípulo es estar muy atento a la enseñanza, no dejando que se inmiscuyan en el proceso las exageradas motivaciones de su personalidad, cuya mente está siempre pendiente de los detalles del proceso y se le puede escapar así la magnificencia del conjunto de la enseñanza que le es impartida.
Por grados de atención y de serena expectación avanza el discípulo por las dilatadas áreas del conocimiento superior y va siendo consciente en esta medida de todo cuanto le es necesario para el normal desarrollo de la acción mágica o creadora. Va aprendiendo de esta manera que la atención de su alma no es una cualidad mental, sino que es una proyección del propósito de Dios, o de su Mónada, en su vida de discípulo, por cuyo motivo su visión de las cosas y de los acontecimientos sufre un cambio profundo y radical, apreciando entonces muy claramente la distinción existente entre la mente, la atención y el propósito, situando cada cual ordenadamente en su vida y comprendiendo profundamente también que el desarrollo espiritual es progresivo y va –en lo que a él respecta– de lo universal a lo particular, comprendiendo en virtud de ello qué es lo que quería significar el CRISTO con Su divina exhortación: “BUSCAD PRIMERO EL REINO DE DIOS (lo universal) QUE LO DEMÁS (las condiciones particulares o personales) SE OS DARÁ POR AÑADIDURA”. Hay que tener presente de acuerdo a lo dicho anteriormente, que el Propósito de Dios está esenciado en la Mónada espiritual, que la Atención viene proyectada desde el Ángel solar o Yo superior y que la Mente es el instrumento de que se vale el Ángel solar para imprimir vida espiritual a la personalidad organizada del discípulo. [Magia Organizada Planetaria, pp. 107/108]
Es un hecho para el investigador esotérico que a los devas, o moradores del Espacio, a través de los cuales se realiza la obra mágica de creación y estructuración de todo tipo de formas, hay que invocárseles mediante sonidos, palabras o mántrams, ya que el proceso mágico gracias al cual evolucionan depende del grado de “expectación” que hayan logrado desarrollar en el supremo arte dévico de “escuchar los sonidos” que se elevan de todos los niveles en la vida de la Naturaleza , desde el humilde canto o voz de un insecto hasta el potente e incomprensible Mántram emitido por el más glorioso Adepto espiritual.
De ahí que en los Ashrams de la Jerarquía se les enseña a los discípulos el arte supremo de emitir voces o sonidos mágicos, correctos y apropiados para “invocar” a los devas de los niveles físico, astral y mental a los cuales su evolución individual les permite acceder y recibir las adecuadas respuestas y enseñanzas. [Magia Organizada Planetaria, pág. 147]
Sabemos, sin embargo, que queda todavía mucho que decir sobre la Magia organizada en nuestro mundo, que es un reflejo fiel de la Gran Magia Cósmica, pero creemos que con las ideas expuestas en este libro –que quizás serán ampliadas en un no muy lejano futuro– habrá material suficiente para dar que pensar a muchos de los cualificados aspirantes espirituales de nuestros días. En realidad, ha sido escrito para ellos y de los resultados obtenidos no de la simple lectura, sino de la profunda comprensión de las ideas, dependerá que la Magia se convierta en algo genuinamente práctico, capaz de ser introducido inteligentemente en los ambientes sociales del mundo.
Es con esta convicción y firme esperanza que dejamos a un lado la pluma y hundimos nuestro pensamiento en las profundidades infinitas de la serena expectación solar... [Magia Organizada Planetaria, pp. 160-161]
Por Vicente Beltrán Anglada
Libro 10: “Magia Organizada Planetaria”
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