El seguir un sendero que no está marcado con un conocimiento, que no sabemos claramente que representa, nos deja sin darnos cuenta, con la imagen de que nos dirigimos a un lugar ideal, el cual no sabemos en dónde está: pero la carga de esa pesada llave, que pretendemos sea la llave de la felicidad, retrasa nuestro camino. Creemos vehementemente que esta llave abrirá una puerta externa que aliviará todos nuestros pesares, sin embargo, la ilusión que constantemente avivamos en nuestras mentes y corazón pronto se topa con la realidad y el sendero que seguimos en algún momento se transforma en una gran pared que no tiene puerta ni ningún tipo de entrada; entonces, tomamos un nuevo camino con nuestra gran llave a cuestas con la esperanza de algún día encontrar esa puerta.
El mundo parece ser duro, pero comprender el por qué de esta llave es lo más importante que debemos entender y comprender. No resulta fácil, pero la cuestión radica en reflexionar que lo que busco es mi propio bienestar, y esta llave es sólo para abrir la puerta por la que sólo yo debo entrar, porque esta es mi llave. Si juntásemos todas las llaves que hemos cargado por mucho tiempo, nos daremos cuenta que sirvieron solo para retrasar nuestro encuentro y que crear una llave juntos, que abra la puerta del bienestar para todos, es la que debemos forjar.
NECESITO DE TODOS
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