Como me gusta estar tumbada al sol, o en la sombra con un buen libro. Algunas tardes de invierno cuando el tiempo es desapacible para estar fuera, me encanta sentarme frente a la chimenea, leer o escuchar música que vibra y resuena en mi Ser.
Hay momentos de quietud que me encantan, y sin embargo cuando la quietud se alarga tiendo a inquietarme. Si las pautas las pongo yo, está bien, siento que es un momento de relajarme porque yo quiero pero si la tranquilidad se me impone, entonces me cuesta asimilarla, quizás me revelo contra ella y busco algo que hacer.
Es curioso, busco algo que hacer que a mi mente le parezca satisfactorio, no cualquier cosa que hacer. Algo práctico e útil es una manera aceptable para mi mente de salir del paso y en cambio algo que aparentemente no tiene un valor, mi mente lo rechaza alegando una pérdida de tiempo. Dependiendo de los valores en los que me he educado, me permitiré aceptar mejor o peor esos momentos de tranquilidad forzados.
La vida está compuesta de ciclos, hay etapas en que todo se mueve rápidamente, donde hay tanto que hacer, tanto que aprender, que compartir, etapas donde me siento llena de energía, de positividad y me siento con fuerzas. Las cosas surgen como yo quiero. Esta es la etapa de la acción.
La otra parte del ciclo es la etapa de la gestación, la etapa del descanso y como he mencionado anteriormente, es una etapa muy agradable, hasta cierto punto. En el momento que se alarga mas de lo que a mi me gustaría es cuando empiezo a inquietarme, las alarmas comienzan a saltar en la mente diciéndome que es hora de actuar.
"Busca la forma de actuar, no puedes quedarte sin hacer nada” resuena en mi cabeza una y otra vez. Lo curioso es que otra parte de mi me dice, “tranquila, todo está bien”.
Resulta que la etapas de quietud son mas largas en estos tiempos que lo que eran antes. Esta es una de las características de la nueva energía. Las nuevas generaciones no lo están demostrando, ellos no tienen que mantenerse ocupados en algo útil constantemente, simplemente son y están.
Para que mis principios y valores aprendidos acepten esta nueva forma de energía lo mejor es no luchar contra ella. Es cierto que a menudo me siento en “Stand-by”, a la espera de que algo suceda y espero, y espero. Si me dejo llevar por la cabeza, puede llegar a ser desesperante pero esto una consecuencia por los viejos miedos a no tener el control de como y cuando hacer y reaccionar.
Una manera que a mi me funciona para mantenerme en los periodos de espera es darme permiso. Me doy permiso para simplemente ser. Me doy permiso para cuidarme, quereme y respetarme aunque sienta que no estoy produciendo, eso no es del todo cierto. Estoy produciendo, elevando mi vibración atendiendo a mi Ser, disfrutando de esos ratos libres con las personas que quiero, paseando, conectándome, en definitiva, permitiéndome ser yo misma, exactamente tal y como soy.
Articulo de Loreto Alonso-Alegre Arana.
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