TODO A SU TIEMPO...PAULO COELHO..♥
Hay un tiempo para cada cosa, y un momento para hacerla bajo el cielo:
Hay tiempo para nacer y tiempo para morir; tiempo para plantar, y tiempo para arrancar lo plantado.
Un tiempo para llorar y otro para reír; un tiempo para los lamentos, y otro para las danzas.
Un tiempo para buscar, y otro para perder, un tiempo para guardar, y otro para tirar fuera.
Un tiempo para rasgar, y otro para coser; un tiempo para callarse y otro para hablar.
Un tiempo para amar, y otro para odiar; un tiempo para la guerra, y otro para la paz.
Finalmente, ¿Qué le queda al hombre de todos sus afanes?
Me puse a considerar los varios centros de interés que
Dios presenta a los hombres, y noté lo siguiente. El hace que cada cosa llegue a su tiempo, pero también invita a mirar en conjunto. Y nosotros no somos capaces de descubrir el sentido global de la obra de Dios desde el comienzo hasta el fin. Comprendo que para el hombre el único bien es gozar la vida y tener el bienestar. Que uno coma y beba y goce de felicidad, eso es un don de Dios. (Ecleciastés 3 , 1-13)
¡Qué simple y lógico se escucha todo lo escrito en esta cita bíblica, pero qué difícil comprenderlo, hacerlo nuestro y vivir de acuerdo¡ Si te detienes un momento a pensar en el “tiempo”, la etapa que estás viviendo en estos momentos, ¿Cómo la describirías, como tiempo para qué? Si cada cosa tiene su tiempo bajo el cielo ¿Tendrá algún caso preocuparse por lo que haremos en unos años?. Ahora piensa, ¿Si vivo intensamente el aquí y ahora, estoy preparando el mañana?... Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los porqués, en devolver “la película” y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la Vida y seguir adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente!. El pasado ya pasó. La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando “puertas abiertas”, por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. (Fragmento de un escrito de Paulo Cohelo)
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