La teoría de la ventana rota dice que un edificio o un barrio se arruinan empezando con pequeños problemas que no se resuelven a tiempo: se rompe un vidrio, vándalos rompen otros, se empieza a acumular basura, la gente decente se va, el crimen aumenta. Y el barrio se va a la misma merd.
Mis hábitos parecen seguir este mismo principio: basta que un día me quede trabajando desde casa y no salga a caminar, o abra un paquete de papas fritas frente a la tele, para que me den ganas de comer chocolate barato, y al día siguiente me sienta pesada, me vaya a la cama sin demaquillar, duerma hasta las tantas, llegue tarde a la oficina, coma cualquier cosa en el escritorio, me quede hasta tarde, tome el bus a casa sin caminar, y ya caiga en un espiral descendente que va de mal en peor.
Pero por suerte también me es posible empezar un espiral ascendente de acciones positivas: cuanto mejor como y más me muevo, tengo mejor humor y más energía, y más me entusiasmo con seguir comiendo sano y haciendo ejercicio.
Los principios que estoy intentando adoptar son:
1. Empezar ya
2. Repetirlo hasta crear un hábito
3. Caerse no es lo malo, sino no levantarse
Por ahora me está yendo bien, y por esto estoy escribiendo este blog. Hace un mes no tenía ni la energía, ni la disposición, para escribir. De hecho, hace un mes no tenía nada para decir, porque lo que me estaba pasando por la cabeza no me hubiera animado a confesarlo a nadie: tenía miedo de nunca ser capaz de ponerme las pilas y mejorar mi vida. Y no sabía por donde empezar.
1. Empezar ya
Que no quería hacer una `dieta´ ya lo tenía claro. Mi plan era seguir el ideal del plato dividido en cuatro: un cuarto proteina, un cuarto carbohidratos, un cuarto verduras crudas, y un cuarto verduras cocidas. Y llevar un diario registrando todo lo que comiera en el día.
Estaba esperando encontrar las herramientas perfectas: un libro de dieta con recetas deliciosas y fáciles, y algún aparatito que midiera y registrara mis comidas.
Podría haber esperado para siempre, pero decidí empezar ya, y puse en el plato lo que había para comer en ese momento: la mitad del plato ensalada y la otra mitad pollo al horno con papas. Y le saqué una foto.
Quería encontrar el deporte ideal, algo que me fuera fácil y disfrutara. Caminar me encanta cuando estoy de viaje descubriendo cosas nuevas, pero caminar de por sí me aburre. Para ir a clases no tengo tiempo, y ya me cansé de pagar abono de gimnasio para no ir. Nunca pensé que correr fuera para mí, creía que me quedaría sin aliento en seguida, que me lastimaría las rodillas, que no tenía las zapatillas adecuadas. Pero encontré el programa Couch to 5K y decidí empezar ya, y no fue tan terrible, el primer día corrí 8 minutos, de a 1 minuto por vez intercalado con caminata, y me sentí genial.
2. Repetirlo hasta crear un hábito
Han pasado 4 semanas, y me acostumbré a hacer ejercicio cada día. Tres veces por semana sigo el programa Couch to 5K, y ya corro 16 minutos, en intervalos 3 y (ah! increíble!) 5 minutos por vez. Los días que no corro, me aseguro de caminar por lo menos 20 minutos, y no es tan terrible. Sacar foto a lo que como, y postearlas aquíme resulta automático, y comer medio plato lleno de ensalada un placer. Estos son ya hábitos. Y perdí 4 kilos.
3. Caerse no es malo, sino no levantarse
Me caí muchas veces en estas semanas. No sólo literalmente (corriendo en el parque, patiné una vez en el hielo, y otra vez bajo la lluvia en el verdín en un puentecito de madera), sino también metafóricamente.
Hace una semana me desperté pesando 87kg, había bajado 3 kilos en 3 semanas, estaba feliz. Salí con mis amigas y entre cocktails, nachos, cena con pan y postre, amanecí el sábado pesando 88.7kg – un retroceso de 2 semanas sólo por una noche de fiesta. Podría haberme desmorlizado y abandonado mis nuevos hábitos, sin embargo salí a correr y seguí adelante. Y aunque el fin de semana lo pasamos en casa de amigos y familia y no comí exactamente como me propuse, el lunes pesaba 88.3, y hoy sábado 86.6kg. Estoy orgullosa de haber seguido adelante, y ya no tengo miedo a las tentaciones. Estoy escribiendo esto después de haber ido a cenar a casa de amigos y sé que ma#ana voy a pagar el precio en la balanza, pero también sé que tengo que tener paciencia, continuar con mis hábitos y la recompensa va a llegar.
Lo nuevo en mi vida, que espero se convierta en hábito, es este blog. Espero me ayude a acelerar mi progreso en la búsqueda de la felicidad y un IMC de 25!
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