“La primera cualidad del camino espiritual es el coraje”, decía Gandhi.
El mundo parece amenazador y peligroso para los cobardes. Éstos buscan la falsa seguridad de una vida sin grandes desafíos, se arman hasta los dientes para defender aquello que creen poseer. Los cobardes terminan construyendo los barrotes de su propia prisión.
El guerrero de la luz proyecta su pensamiento más allá del horizonte. Sabe que si no hace nada por el mundo, nadie más lo hará.
Entonces, participa en el Buen Combate y ayuda a los otros, incluso sin entender bien por qué lo hace.
Paulo Coelho
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