Cuando estás sano, feliz, tus padres no te prestan la menor atención; no hay necesidad. Pero cuando estás enfermo, pasándolo mal, llorando, gimiendo, toda la familia está atenta a tus necesidades, como si hubieras creado una especie de emergencia. Dejan todas sus labores: la madre viene corriendo desde la cocina, el padre deja el periódico, y todo el mundo se centra en ti. Le da una gran satisfacción a tu ego. Y poco a poco aprendes los métodos del ego: permanece infeliz y la gente te prestará atención; permanece infeliz y simpatizarán contigo, te tendrán lástima. Y cuando estás disfrutando, nadie simpatiza contigo. Por eso la gente le tiene tanto respeto a los ascetas. Alguien está ayunando y la gente dice: "Mira, ¡qué gran santo!" Simplemente está pásándolo mal. Si estás festejando, nadie va a festejar contigo, pero ayuna y la gente simpatiza.
Si estás enamorado de una mujer, ¿quién va a simpatizar contigo? Por el contrario, la gente tendrá celos. Eres un competidor. Querrían la misma mujer para ellos mismos. Eres un enemigo. Renuncia al sexo, hazte célibe, vete a una cueva y la gente vendrá desde lugares lejanos para rendirte honores: "Hay aquí un gran asceta", y simplemente lo estás pasando mal. Pero la desdicha aporta ventajas. La desdicha puede hacer de ti un mahatma.
Ésa ha sido toda la historia de la humanidad: la desdicha siempre ha merecido la pena; se ha respetado a la gente desdichada. Y si la desdicha es autoimpuesta, por supuesto, te tienen más respeto; es voluntaria. Mahatma Gandhi se hizo tan conocido en el mundo entero porque era desdichado voluntariamente, imponiéndose sufrimientos. ¿Cómo no le vas a prestar atención? Si hubiera estado disfrutando y viviendo una vida total, una vida completa y sana, te habrías sentido celoso, te habrías vuelto hostil.
Observa estos trucos y estrategias de la mente y serás capaz de desecharlos. No quieras atención, de lo contrario seguirás siendo desdichado. Sólo te pueden prestar atención cuando eres infeliz; eso forma parte de un mecanismo natural...
Millones de personas viven sufriendo y en el infierno porque anhelan recibir atención. Es estúpido anhelar atención; no te da nada. Tan sólo fortalece el ego... que no eres tú. No es tu esencia; es sólo tu personalidad, tu yo falso. Sigues nutriendo al yo falso y el yo esencial sigue pasando hambre...
Deja lo que has invertido en la desdicha y la alegría volverá a fluir.
Nacemos con alegría. La alegría es nuestro mismo ser. No necesitas nada para estar alegre. Se puede estar alegre simplemente sentado, solo. La alegría es natural, la desdicha es antinatural...".
Osho, El secreto de los secretos. Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada
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