¿Tengo un médico dentro de mí?
Jordi Campos: Sí. Todas las enfermedades de tu cuerpo tienen raíz anímica, espiritual. Si te ayudo a descubrir esa causa espiritual…, ¡se sana tu psique, y eso sanará tu cuerpo!
¿Cómo llama a esta medicina?
Medicina holística, suma de medicina psicosomática y medicina natural…
¿Qué enfermedades aborda así?
Disfunciones visuales, alérgicas, dérmicas, reumáticas, artríticas, anímicas… Prescribo dieta vegetariana y un cambio de actitudes.
¿Actitudes?
Los pensamientos, las palabras y los actos ¡son muy poderosos y pueden hacer enfermar tu cuerpo! Sanando actitudes -ideas, palabras, hábitos…- sana el cuerpo.
¿Y así trata disfunciones visuales?
¡Sí! El 60% de la población europea usa gafas: enfermedad de la civilización. ¡Y la miopía se cura! Llevas gafas: por miopía, ¿no?
Desde los 10 años. Hoy, diez dioptrías.
Cuantos más años lleve tu ojo con gafas, y cuantas más dioptrías tenga, más difícil para ese ojo dejar de ser miope. ¡Pero se puede! Un paciente mío con 10 dioptrías… dejó de ser miope en 18 meses: cero dioptrías.
Me sorprende. ¿Cómo es posible?
El miope suele serlo a causa de una personalidad sensible, con tendencia a retraerse, a ver amenazas afuera, a tener miedo, a recogerse en el intelecto.
Me reconozco así cuando era niño.
Esa tensión interna te provocó la miopía. Fue erróneo graduarte lentes cuando todavía tenías poquitas dioptrías e ir aumentando su graduación cada vez: ¡el ojo se acostumbró, no tuvo oportunidad de reponerse!
¿Acaso podía haberse repuesto?
Sí. El ojo es terminación del sistema nervioso, espejo del alma… Y eso va cambiando. ¡Lo primordial es ser consciente de tus tensiones y miedos, y modificar esas actitudes!
¿Y luego?
Quítate las gafas. Contacta con la naturaleza. Pasea por el campo. Mira a lo lejos. Practica técnicas de relajación y respiración…
Pero es que sin gafas ¡estoy perdido!
Si durante el tratamiento te las pones lo mínimo posible, y vas disminuyendo paulatinamente su graduación…, tu ojo vuelve a esforzarse para ver bien lo que pasa alrededor.
¿Qué más necesitaría para lograrlo?
Alegrías. Y, sobre todo, una fortísima motivación: ¡sin eso no hay dieta vegetariana que valga! El ojo acaba por reflejar tu claridad interior. Y brillará más.
Extracto de una entrevista con Jordi Campos -médico naturópata- en La Vanguardia
Imagen: Glenn Jones
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