Jesucristo nos dijo que nunca había visto un partido de fútbol. De manera que mis amigos y yo le llevamos a que viera uno. Fue una feroz batalla entre los 'Punchers' protestantes y los 'Crusaders' católicos.
Marcaron primero los 'Crusaders'. Jesús aplaudió alborozadamente y lanzó al aire su sombrero. Después marcaron los 'Punchers'. Y Jesús volvió a aplaudir entusiasmado y nuevamente voló su sombrero por los aires.
Esto pareció desconcertar a un hombre que se encontraba detrás de nosotros. Dio una palmada a Jesús en el hombro y le preguntó: «¿A qué equipo apoya usted, buen hombre?».
«¿Yo?», respondió Jesús visiblemente excitado por el juego. «¡Ah!, pues yo no animo a ningún equipo. Sencillamente disfruto del juego».
El hombre se volvió a su vecino de asiento y, haciendo un gesto de desprecio, le susurró: «Humm... ¡un ateo!».
VÍA EL TRASTERO DE MI MENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario