Lo mismo ocurre con las parejas que tratan de resolver todo al otro y reducir el mundo a una relación. El objetivo es claro: convertirse en imprescindibles para el otro, crear la idea de que sin ellos no serían capaces de sobrevivir por sí mismos. Esto, es una gran proyección, ya que son aquellos que desempeñan el rol de salvador quienes tienen miedo a ser abandonados, a la soledad,... Son ellos mismos quienes creen que no podrían vivir sin su pareja y por miedo a la pérdida luchan por convertirse en imprescindibles para el otro.
Reflejos cotidianos de esto podemos encontrarlos en canciones muy conocidas, que reafirman e infunden este tipo de esquemas de relación de pareja dependiente: "Sin ti no soy nada", "Me muero si tú te vas", "Mi mundo, tú",... Y esto es lo que se vende como "amor".
En la gran mayoría de casos, no se es consciente de cómo estos roles (salvador/víctima) están condicionando como personas individuales y como pareja. Cuando alguien externo a ellos lo señala o sugiere, pueden sentirse ofendidos, pues quien hace de salvador no ve en sus actitudes más que "buenas intenciones" y quien hace de victima se resiste a perder su posición de privilegio. Y, aunque, podemos escucharlos una y otra vez desde la queja, se resisten a abandonar sus lugares porque esto implicaría tomar la decisión de cambiar. Arriesgarse a tener una relación desde la libertad de elegir si estar o no. Otros, sin embargo, y habiendo llegado a una situación límite, optan por el cambio y se descubren uno al otro, regalándose una nueva forma de relación positiva y enriquecedora.
PSINERGIA
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