DIALOGO ZEN: Maestro, ¿por qué cuesta tanto desapegarse de las cosas o de las personas? Hij@, porque las cosas o las personas a las que nos apegamos son, en realidad, nosotros mismos. Son una proyección de nuestro ego. Son lo que creemos ser nosotros mismos. Por eso cuesta, porque el reconocer que no somos es un acto de suprema sabiduría y no todos somos tan sabios para reconocerlo
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