El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida. Federico García Lorca.
Un hombre camina por el monte. Anda con premura pues se dirige a casa de un amigo. Es un lugareño, pero aquel paraje en concreto le es desconocido. Ha tomado un atajo intentando llegar antes, pero empieza a sentirse preocupado. No sabe dónde está y la angustia va haciendo presa en su corazón. Pensamientos pesimistas le asaltan y ello hace que pierda la esperanza.
Está irremisiblemente perdido, no le cabe la menor duda. De repente, este hombre tropieza con un árbol grande y majestuoso. Firme y solemne parece ofrecerle algo que acaba de perder. Se abraza al tronco duro y rugoso de aquel patriarca, y en este gesto tan nimio recupera la esperanza.Tomado del libro: “Valores para vivir”.Eduardo Romero
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