sábado, 18 de agosto de 2012

Pidan ver una visión más grandiosa....CANALIZACIÓN...♥

 

Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan

Durante muchos años hemos buscado fuera de nosotros mismos la verdad, la sabiduría, el conocimiento, los milagros y una simple prueba. Hemos encendido velas, rezado ‘Ave Marías’ a estatuas, íconos, y literalmente nos hemos perdido en la avalancha de todo lo que ‘supuestamente es’ más grande, más santo y más divino que nosotros mismos.

Hemos invocado a los Ángeles, a los Maestros, a los Santos, a espíritus guías y a nuestros seres queridos que partieron, pidiendo ayuda, su intervención, milagros, los números ganadores de la lotería, el número de teléfono de nuestra alma gemela.

Al abarcar más del 2012, las líneas de comunicación comenzaron a disminuir y fragmentarse. Seguíamos saliendo de nosotros mismos hacia algo ‘mayor que’ nosotros, algo más grande, mejor, omnisciente. Las cartas, emails, llamadas telefónicas, de estas energías ‘más grandes’ seguían disminuyendo. Nos mentimos a nosotros mismos y nos convencimos de que nuestro tercer ojo estaba obstruido, nuestro corazón estaba cerrado y nuestro chakra de la coronilla no funcionaba bien.

Sabíamos que éramos nosotros los que estábamos dañados, teníamos que ser nosotros quienes no podíamos oír las palabras de Dios. Probamos elíxires, aceites, cristales, meditación, lecturas, regresiones a vidas pasadas y cualquier otra herramienta de la nueva era que estuviera disponible. Aun así no podíamos escuchar la palabra del Señor. Gastamos miles de dólares y cientos de horas probando cada truco que había, tratando de arreglar lo que pensábamos que estaba dañado.

Veíamos a otros, verdes de envidia, ya que ellos parecían profundos y parecían saberlo todo. Tomamos esta hierba y esta vitamina, usamos este color en este día y aun así no podíamos alcanzar el máximo rendimiento. Entonces un día simplemente nos detuvimos. Dejamos de rezar porque nadie parecía responder. Dejamos de meditar porque las visiones no habían llegado en meses. Dejamos de tratar de manipular nuestras vidas. Dejamos de tratar de manifestar los deseos de nuestro corazón, porque nuestro corazón estaba muy triste. Cuando dejamos de esforzarnos tanto, nuestras vidas empezaron a cambiar, poco a poco, día a día.

Empezamos a sentirnos más cómodos en nuestra propia piel. Empezamos a gustarnos a nosotros mismos de nuevo. Dios no parecía tan lejano. La vida no era tan difícil. ¿Qué había cambiado? Por fin habíamos cerrado el círculo y nos aceptamos a nosotros mismos, lo bueno, lo malo, y lo que no se podía ver. Finalmente habíamos aceptado el pasado, el presente y lo que pueda venir. Por fin habíamos aprendido a amar interna y completamente, tal como éramos en ese minuto. Pero todavía sentíamos que algo había cambiado.

Se había levantado un velo; nos habían liberado, pero ¿de qué? Lo que nos había hecho

Gillian MacBeth-Louthan

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