miércoles, 20 de junio de 2012

MATERIALIZACIÓN...♥


Hay diferentes modos de materializar que algo ocurra. El proceso de crear varía según la densidad del mundo en que vivamos. En caso de querer materializar algo, hay más pasos que dar mientras más baja sea la densidad en que nos movemos. Es conveniente saber en una forma simple cómo funciona la creación de nuestros propósitos en las distintas densidades:

3ª Dimensión: Espíritu- Pensamiento- Emoción- Esfuerzo- Materialización.

4ª Dimensión: Espíritu- Pensamiento- Emoción- Materialización.

5ª Dimensión: Espíritu- Pensamiento- Materialización.

6ª Dimensión: Espíritu-Materialización.

Si se quiere hacer algo en la tercera dimensión, primero espiritualmente se necesita tener el deseo o la intención de hacerlo. Se formula el pensamiento de qué y de cómo esto puede suceder. Luego se siente la urgencia de tenerlo, y se invierte mucho esfuerzo trabajando para alcanzarlo. Finalmente si estas etapas culminan, se obtendrá la manifestación de aquello que se desea en el universo físico. Hay que tomar nota de que a este nivel se requiere tiempo y esfuerzo.

En la cuarta dimensión no es preciso que transcurra el tiempo, ni hacer ningún esfuerzo particular. Se necesita, primero, la intención del espíritu. Luego se formula el pensamiento. En seguida se agrega el sentimiento y se espera con confianza el resultado. Lo curioso es que, tan pronto como uno ha completado estos pasos, la manifestación se da. La realidad externa de cada uno, a este nivel, será un reflejo de lo que se siente y espera. Lo que uno siente que ES la realidad SERÁ la realidad. No se necesita trabajar para obtener algo. De hecho, se logra mucho menos con esfuerzo que con el manejo apropiado de los sentimientos.

En la quinta dimensión el camino hacia la manifestación es todavía mas corto. Primero viene la intención espiritual, se formula el pensamiento y la realidad ya está ahí. La realidad externa se presenta como un reflejo de lo que enfoque la mente. No se requiere ni trabajo ni sentimiento. La realidad responde directamente al pensamiento enfocado.

En la sexta dimensión ni siquiera es necesario formular con precisión el pensamiento de lo que uno quiere. Ya la mente no es necesaria. La sola intención es suficiente para atraer la manifestación.

En la séptima dimensión ni siquiera hay separación. Tú eres todo lo que es. Causa y efecto suceden al mismo tiempo y tú lo incluyes todo en tu ser. En la primera y segunda dimensiones se incluyen más requerimientos que en la tercera. En la segunda hay que usar el esfuerzo para procrear y producir una siguiente generación que pueda llevar a cabo los pasos requeridos que conduzcan a la manifestación deseada.

Esto nos da una buena idea de las condiciones que se presentarán en los distintos niveles de densidad. Así comprendemos que al movernos hacia la cuarta dimensión se hace muy importante aclarar todos nuestros sentimientos, porque todo lo que uno sienta se materializa. La condición necesaria es aprender a sentir sólo lo que uno realmente quiere materializar. En la ascensión a la quinta dimensión nos veremos obligados a ir más lejos: aprender a pensar sólo aquello que intentamos materializar.

Existen niveles de expansión que organizan la amplia área en que un ser ha de mostrar claridad, flexibilidad, responsabilidad, creatividad, no-reacción, y un sentido objetivo de sentimientos.

Via http://amirola.obolog.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario