Aunque hasta el momento su vida no es lo que él sueña, porque las cosas no se han dado de la forma en que siempre esperó, igualmente aún conserva la esperanza de que todo sea mejor.
Su esperanza se ha mantenido inalterable con el transcurso del tiempo y de forma inversamente proporcional a su estado de ánimo, que fluctúa constantemente.
Sabe que su existencia es un obsequio que no debería desperdiciar, pero en esos días de ausencia de sentido en los cuales se pregunta si vale la pena tanto esfuerzo, se anima pensando que la esperanza es lo último que se pierde.
Por otro lado, sabe también, que esa esperanza podría ser una ilusión, una forma no siempre eficaz de negar su presente que le hace demorarse en irreales sueños de plenitud y felicidad…“Sé que la probabilidad de encontrar mi otra mitad es ínfima, quizá consecuencia de mis actos y omisiones. De mil mujeres solamente con una podría unirme y alcanzar, juntos, la Perfección.
“Amar a todas y cada una de ese número es exagerado pero no imposible, se me ocurre es un ímproba tarea para mi escasa voluntad y pobre perseverancia.
“Aunque muy placentera, al embarcarme en tal tarea correría el riesgo de confundir mis sentidos tal cual los confunde quien prueba la esencia de varios perfumes distintos y luego no sabe, ya no sólo cual es el indicado, sino cual es cual.
“Creo que preferiría terminar mis días en forma solitaria antes que compartirlos con alguien con el único propósito de evitar la soledad.
“Así que aun aceptando ese destino como probable, guardo la remota esperanza de que un día, el más antiguo de los dioses, pose sus ojos en mí.”
Cuento uruguayo
VÍA NECESITO DE TODOS
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