El 2 de febrero se celebró “El día de la marmota”, día inmortalizado en la inolvidable película de Bill Murray, Groundhog Day, traducida al español como “Atrapado en el Tiempo”.
¿Qué se celebra ese día?
Este día se celebra una fiesta tradicional en lugares como el pueblo de Punxsutawney, sito en el Estado de Pennsylvania, en donde cada 2 de febrero se intenta predecir la duración del invierno por el comportamiento de una marmota. Ésta, si ve su sombra, porque el sol lo permite, vuelve a su madriguera, lo que significa que el invierno durará seis semanas más; si no la ve por el hecho de que está nublado, sale confiado, lo que significa que la primavera llegará pronto. El Día de la Marmota señala de manera aproximada la mitad del período entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, de forma parecida a la fiesta de Halloween, que señala la mitad del período entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno.
¿Y de qué va la película?
Pero centrándonos en la película, en la que el protagonista se ve condenado a repetir y repetir el mismo día una infinidad de veces, además de divertirnos de lo lindo, podemos aprender algo: no se rompe el “hechizo” que lo tenía atrapado en ese bucle de repeticiones, hasta que no rompió él mismo sus límites mentales y actuó sin miedo al futuro. El éxito de la película se debió a que millones de espectadores se sintieron identificados con el protagonista. Si cada día vives igual que el anterior y sabes que van a ser iguales al siguiente, nos sentimos atrapados en nuestro “día de la marmota” particular.
¿Cómo romper este bucle insano de repeticiones?
El final de la película nos da una pista: cuando empezamos a introducir cambios efectivos en nuestro día y de ninguna manera dejamos que nos arrastren los acontecimientos, la marmota deja de marcar el tiempo.
Imagen: Extracto de un cuentín de “Almanaque Sanador. 365 cuentos de Plano Creativo”
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