Si es cierto que los oídos son para escuchar tanto lo que nos gusta como lo que nos disgusta, podemos preguntarnos: ¿Nuestra sordera nos protege de mensajes abusivos? ¿Qué es lo que no deseamos escuchar?
Hay diferentes tipos de sordera:
¿Tengo sordera psicológica? No escucho las cosas que no he podido experimentar.
¿Mi sordera es selectiva? Es decir, afecta sólo a uno de mis oídos. No soy capaz de prestar atención a los mensajes que me llegan por vía materna (oído izquierdo) o a través del linaje paterno (oído derecho)
¿Sordera congénita en posteriores generaciones? Los nuevos frutos del árbol nacen programados para no oír. Es posible que haya un secreto a proteger en el árbol genealógico.
¿Soy duro de oídos? Tal vez muestre mi inflexibilidad e intolerancia. No deseo escuchar ninguna recriminación.
En positivo, la sordera presenta la oportunidad de establecer un diálogo interior cuando falta el exterior.
de "EL TRASTERO DE MI MENTE"
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