Amarse a uno mismo es, ante todo, aceptación incondicional y completa de todos nuestros aspectos.
Tenemos que empezar amando a nuestro cuerpo tal cual es, sin forzarlo a ajustarse a un modelo que nos han impuesto. Amarlo, cuidarlo y respetarlo por dentro y por fuera, incondicionalmente.
Lo siguiente es aceptar y saber expresar adecuadamente todas nuestras emociones, pues cada una de ellas cumple una función positiva, si sabemos cuál es y cómo hacerlo. De lo contrario, nos deprimimos, sentimos ansiedad o caemos enfermos. Por eso la expresión adecuada de lo que sentimos es fundamental para llevar una vida sana y plena de vitalidad.
También hay que aprender a usar nuestra mente, para que podamos utilizarla a nuestro favor, y no en nuestra contra. La mente es una herramienta magnífica, si sabemos cómo sacarle provecho.
Y también es importante conocernos y amarnos a nivel del alma, para crecer espiritualmente y tener vidas realmente significativas.
ENRIQUETA OLIVARI
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