por DL Zeta
14 de Diciembre de 2011
Traducción: Margarita López
Edición: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
Al acercarnos a las festividades, es un buen momento para considerar los regalos que compartiremos con los demás a lo largo de este año. No tiene nada de malo ofrecer regalos a los demás como muestras de su aprecio, aunque el dar regalos en las festividades en un sentido material, es un pálido reflejo del potencial de cada persona en términos de dar verdaderamente. Con esto queremos decir: compartir con otros los verdaderos dones y bendiciones de su espíritu.
Incluso en medio del sufrimiento y la falta de armonía, es posible erguirse dentro de la luz de su espíritu y sostener un espacio de paz y dicha. Este portal de dicha es una puerta a la paz y el amor al que otros pueden acceder para elevar su vibración y alinearse más estrechamente con su yo superior.
Este portal está dedicado a la experiencia de la alegría y el amor incondicional. Dentro de él, es posible armonizar y centrar las energías con perfecta conciencia del amor que se contiene allí. Aquellos que a veces experimentan una falta de alegría y amor en su vida pueden sanar entrando en este espacio.
Aquellos que sostienen este espacio para los demás son capaces de entrar conscientemente en este espacio en cualquier lugar y en cualquier momento, sólo con la intención de hacerlo. Esta comunión constante transforma con el tiempo todas las circunstancias de la vida, permitiendo que uno se convierta en una luz cada vez más brillante en el planeta, guiando el camino en los planos internos.
La Dicha Transforma Todas las Circunstancias de la Vida
Cuando uno vive en un estado de alegría y dicha, es capaz de verlo todo desde una perspectiva más elevada. La persona que elige vivir en la frecuencia de la alegría ha tomado la decisión de ver toda circunstancia que encuentre con aceptación y gratitud, incluso aquellas que sean dolorosas y difíciles.
Cuando han existido en esta vibración de alegría por un período de tiempo, encuentran que sus circunstancias de vida se hacen cada vez más apacibles y afectuosas. Es importante entender que, inicialmente, cuando uno elige el camino de la alegría, podría encontrar que sigue experimentando manifestaciones del pasado, algunas de las cuales pueden haber sido creadas desde un lugar menos que feliz. Esto se debe a que en el plano terrestre hay un espacio de tiempo entre la siembra de una creación y su llegada a la realidad física.
Si son capaces de permanecer en un estado de alegría y dicha, incluso cuando estas creaciones pasadas lleguen a su momento presente, pronto se encontrarán navegando las aguas serenas de un mar en calma.
La Dicha Hace que el Amor esté Bio-Disponible a Nivel Celular
La experiencia de la dicha tiene la capacidad de sanar el pasado, transformar el presente y crear un futuro menos obstaculizado por la carga de la ilusión. Logra esto haciendo que la vibración del amor esté bio-disponible a nivel celular. Esta vibración de amor es la vibración más poderosa del universo. Es la esencia de la energía de la fuerza vital. Imaginen que el espíritu tiene su propio ADN. Al alinearse con la vibración del amor, son capaces de fusionar su propio ADN con el del espíritu.
Es dentro del portal de la dicha que son capaces de fusionarse con la más alta vibración en el universo. Dentro de este espacio, se convierten en un poderoso portal que ancla al cielo en la tierra – una puerta por la que otros pueden entrar en la experiencia de la dicha y la paz. Esta experiencia es el verdadero antídoto para el sufrimiento que existe en el mundo. Es sólo a través de entrar en el portal de la dicha y convertirse en un conducto para el amor y la alegría que son capaces de ayudar realmente a aliviar el sufrimiento del mundo.
Para mayor información, visite http://www.celestialvision.org
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