Si realmente quieres librarte de los malos hábitos y escapar de esos decretos del destino que te causan sufrimiento, no te queda más recurso que la meditación. Cada vez que meditas profundamente en Dios, efectos beneficiosos suceden en tu cerebro.
Supón que has fracasado en el trabajo, o has fracasado moral o espiritualmente. A través de la profunda meditación y afirmando, ‘Yo soy uno con mi Padre,’ sabrás que eres un hijo de Dios. Confía en ese ideal. Medita hasta alcanzar una gran alegría. Cuando la felicidad golpee tu corazón, Dios habrá respondido a tus ruegos; está respondiendo a tus preguntas y a tu pensamiento positivo. Este es un distinto y definitivo método:
Primero medita bajo este pensamiento, ‘Yo y mi padre somos uno,’ intentando sentir una gran paz, y después una mayor alegría en tu corazón. Cuando sientas esa alegría. Di, ‘Padre, estás conmigo. Ordeno al poder de mi interior que cauterice mis células mentales de los malos hábitos y pasadas tendencias.’ El poder de Dios durante la meditación lo hará. Olvídate de la limitante conciencia de que eres un hombre o una mujer; sé consciente de que eres un hijo de Dios. Entonces afirma mentalmente: ‘Ordeno que cambien las células de mi cerebro, que destruyan los surcos de los malos hábitos que hay en él. Señor, quémalos con tu divina luz.’ Y cuando practiques las técnicas de meditación de Self-Realization, especialmenteKriya Yoga, verás la luz de Dios bautizándote. Pero debes concentrarte; debes unirte profundamente a Dios. La noche es el mejor momento para esto. Cuán maravilloso es entonces unirse a Dios - cuando el mundo a tu alrededor es silencioso. He tenido mis mayores experiencias con Dios por la noche, antes de ir a dormir. Nunca pienso en dormir si no quiero. Quiero estar con el Señor por la noche, y El cuida de mí.
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