jueves, 22 de diciembre de 2011

La Felicidad Surge De Las Relaciones Personales Ricas...♥



Louise Hawkley: Sabemos que la soledad afecta al sistema cardiovascular porque cuando la gente se siente aislada se siente insegura, y no necesariamente de forma consciente. Eso hace que la presión sanguínea se eleve… También hemos visto que las personas solitarias tienen más activación de los genes que desempeñan un papel en los procesos inflamatorios, relacionados con arteriosclerosis, ictus, diabetes. Así que potencialmente su salud es peor; de hecho, se mueren antes.

Pero la soledad es una percepción subjetiva, un sentimiento.

Sí, está provocada por el cerebro, que a su vez provoca los sentimientos y los pensamientos. Si te sientes solo y feliz, no tienes ningún problema.

Igual es que no nos han enseñado a estar solos.

Somos un animal tan social que en nuestro cerebro hay una señal que nos dice que tenemos que encontrar gente. La soledad no deseada es literalmente como el dolor físico.

Duele, seguro.

Con el sentimiento de soledad y de rechazo se activan los mismos circuitos cerebrales que con el dolor físico.

¿Los ancianos son y seremos (si llegamos) los más solitarios del planeta?

Los jóvenes de entre 18 y 30 años suelen ser los que se sienten más solos porque no acaban de saber quiénes son ni dónde encajan. Luego esa percepción de soledad cae, y vuelve a subir a partir de los 85 años.

¿La soledad se contagia?

Sí, cuanta más proporción de gente en mi red de amigos se siente sola, más solo me siento yo. Es contagioso hasta con tres grados de separación. Desconfianza llama a desconfianza.

¿Cómo salir de ahí?

Hicimos un estudio sobre iniciativas para reducir la soledad y la más efectiva es la formación cognitiva social: una reformación cerebral para cambiar la percepción.

La sociedad nos empuja a buscar bienes materiales, experiencias…, y sabemos que esa búsqueda te hace sentir más solo e infeliz. La felicidad es un epifenómeno, surge de las relaciones personales ricas

Extracto de una entrevista con Louise Hawkley, doctora en Psicología y en Neurociencias Sociales. Fuente: La Vanguardia

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