sábado, 2 de febrero de 2013

¿SABIAS QUE?....EN NUESTRO MUNDO HAY GENTE RARA...MUY RARA.....


Los jainíes, miembros de una secta religiosa originario de la India, tenían formas muy curiosas de suicidarse: se cortaban trozos de su propia carne y se los ofrecían a las aves de rapiña. Pero su variante preferida era morir de inanición. Estas y otras prácticas de autosacrificio se recomendaban en textos sagrados de los siglos XIII al xviI.

Algunas clínicas japonesas están especializadas en devolver la virginidad a las mujeres mediante una sencilla y barata operación quirúrgica.

Las babosas son las reinas de la fiesta en el pueblo de Monte Río. Esta población californiana se ve invadida una vez al año por gran cantidad de estos gasterópodos, y sus habitantes los aprovechan para diversas competiciones, como la carrera de babosas, y la elección de súper babosa: el ejemplar más grande es vestido con una capa púrpura y paseado por la ciudad en un almohadón, acompañado por la música de la película Rocky. El acto más popular es el concurso de cocina: las babosas sirven de ingrediente principal en cócteles, guisos y platos de pata. Gana la receta más original y sabrosa.

En algunas culturas de la antigüedad se solía enterrar a personas vivos en los cimientos de las futuras construcciones, para proteger el edificio de posibles infortunios. Cuentan que, cuando fue levantada la ciudad de Tavoy, en el sur de Birmania, colocaron un delincuente en el hoyo de cada poste, para alejar a los malos espíritus, Este rito también fue utilizado por los druidas.

La marihuana era de uso común en las reuniones sociales de la antigua Roma.

Entre los tre-ba del Tibet, todos los hijos del mismo padre compartían una única esposa. Así que sólo celebraban una boda por familia en cada generación.

En el siglo XV, los trabajadores de los molinos sustituían los granos de trigo que los clientes llevaban para hacer harina, por una mezcla indigesta de polvos minerales y cartílagos de sepias y calamares secos. Es uno de los primeros antecedentes conocidos de la adulteración.

Antes de la batalla, los centuriones romanos pasaban por la manicura y además se depilaban el vello de las piernas.

Las mujeres de Nápoles salían desnudas a la azotea de sus casas, con la esperanza de que la luna les hiciera aumentar el tamaño de los senos.

Algunos patricios romanos, como Craso, César y Pompeyo, tenían fortunas personales que se acercaban al presupuesto anual militar del Imperio, estimado en 500 millones de sestercios. En la actualidad, la mayor fortuna individual de los Estados Unidos no se aproxima ni de lejos al presupuesto militar de este país,

Nuestra personalidad está determinada por el grupo sanguíneo, no por nuestro signo astral, según un estudio del psicólogo japonés Takeji Furukawa. Las personas de tipo 0 resultan ser los mejores empleados; las de tipo B se corresponden con gente flexible y amante de la libertad, y las de tipo A se encuentran a gusto en ambientes muy estructurados.

Las mujeres de los indios Pies Negros, originarios de la actual región canadiense de Edmonton, mostraban su luto por un familiar fallecido cortándose el pelo muy corto. Si el fallecido era el marido o un hijo - no una hija -, no sólo se cortaban el pelo, sino también una o más falanges de los dedos, y se desgarraban la piel de las pantorrillas.

Una receta de belleza recogida en el Anangaranga, famoso libro erótico hindú, recomiendo a las mujeres que se pinten el rostro con cenizas procedentes de piras funerarios, recogidas dentro de un cráneo humano,

El vello corporal se considera tan obsceno en Japón que, incluso en las revistas eróticas, el del pubis se tapa siempre con un rectángulo negro.

En la corte de Luis XV de Francia, se creó la figura del porta corbatas, un criado cuyo único cometido era abrocharle y desabrocharle la corbata al rey.

En la Grecia clásica, para saber si una mujer era estéril o no, se colocaba un ajo en la vagina; y si al día siguiente le olía la boca a ajo, la mujer se consideraba fértil. De lo contrario, se creía que sus conductos vitales estaban cerrados.

Antes de la llegada de los conquistadores españoles, las víctimas sacrificadas y devoradas cada año por el pueblo azteca oscilaban entre 15.000 y 250.000, según los expertos.

Un 20 por ciento de los profesores norteamericanos de biología todavía cree que los hombres y los dinosaurios convivieron en la misma época, a pesar de que hubo entre ellos una separación de más de 60 millones de años.

Hasta hace muy poco, y siguiendo la tradición hinduista, las niñas podían ser obligadas a casarse a partir de los nueve meses después de la pubertad, es decir, a los ocho o nuevo años. Esta forma de matrimonio resultaba un cruel Infanticidio, como lo confirma el censo oficial del gobierno británico en la India realizado en 1921, donde se registraron 3.200.000 jóvenes muertas durante el año anterior a causa de las brutalidades sexuales a las que fueron sometidas por sus propios esposos.

La palabra fornicar deriva del latín fomice, que significa curvatura interior de un arco, ya que bajo las bóvedas de los puentes y callejones era donde se podían alquilar los servicios de las prostitutas romanas.

En la España de Felipe III, los juegos de naipes estaban prohibidos por la ley. Sin embargo, eran muy populares en todas las clases sociales, e infinidad de españoles se entregaban a los mismos con gran afición... entre ellos el propio monarca.

En el antiguo Egipto, los días se dividían en buenos, amenazadores y nefastos, según los hechos que en ellos hubieran ocurrido durante la época en que los dioses moraban en la Tierra. En los días nefastos la gente no podía bañarse, montar en barca, viajar, comer pescado ni nada que viniera del agua. Tampoco se debía matar una cabra, un buey o un pato. Otros días eran recomendables no tener trato carnal con mujeres, so pena de infección. Y otras veces, era mejor no escuchar canciones alegres ni pronunciar el nombre del dios Seth, que tenía fama de pendenciero.

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