Dios acompaña a los humanos, a lo largo de toda su historia, con su amor, enviándoles seres que les ayuden a evolucionar.
¡Cuántos cristianos se equivocan creyendo que, después de Jesús, Dios no ha enviado a ningún otro de sus hijos, o que antes de Jesús el mundo había sido privado de la verdadera luz! Dios no ha cesado nunca de hacer descender a sus hijos sobre la tierra, y si la Iglesia no quiere reconocerlo, ¡peor para ella! Cómo no tiene el poder de obligar a Dios a tener en cuenta sus puntos de vista, Él continuará enviando profetas, Iniciados, grandes Maestros que hacen el sacrificio de renunciar a las alegrías del Paraíso para descender a ayudar a los humanos. Como su amor es infinito, Dios continuará revelándose a través de sus hijos más nobles y más luminosos. ¿Cómo no estarle agradecido?”
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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