Cuenta la leyenda….
Cuenta la leyenda que antaño las brujas se reunían en una cueva alrededor de un enorme caldero, eso lo hacían ciertos días al mes, en Luna Nueva o en Luna Llena.
Ahí preparaban sus brebajes, sus pócimas y alquimias.
Repetían en voz alta cada ingrediente que metían en el caldero, con énfasis y con una sonrisa sarcástica.
Ancas de rana, riñones de buey albino, hígado de rata de pelo rizado, cuernos de ciervo salvaje, tráquea de avestruz…y también plantas medicinales, ruda, hinojo, romero, eucaliptus, melisa, hierba de San Juan…y removían. Removían con una enorme cuchara que cogían con las dos manos, salía humo de todos los colores, burbujas que crecían y reventaban, risas, propósitos, intenciones. Todo se cocía en el caldero, a fuego lento.
Después filtraban las pócimas y se transformaban en bellas doncellas que descendían de las montañas para seducir a los humanos, hacerles beber de sus pociones y desposibilitarles el alma, a modo de veneno. Se volvían locos, tenían alucinaciones donde percibían otros mundos que los aterraban, gritaban, se desgarraban y algunos incluso morían.
Eso cuenta la leyenda. La parte oscura. Pero de manera bastante distinta a como eran y son las brujas, de cómo éramos y somos las mujeres en nuestra parte oscura.
Cuenta la auténtica leyenda que…
Mujeres reunidas en círculo reconectan con su Útero, El Caldero.
En Luna Llena o Luna Nueva, (representa la Menstruación).
Preparamos nuestra pócima, nuestra alquimia para sanar.
Repetimos en voz alta todo aquello que ya no necesitamos, (ingredientes que representan lo negativo para nosotras) lo que ya no es bueno, todo aquello de lo que nos queremos despojar. Lo mezclamos con soluciones (hierbas medicinales) que se nos presentan en aquel momento de introspección y auto-observación, danzamos suave y frenéticamente, reímos en grupo, nos reconocemos (removemos con las dos manos y una enorme cuchara), con respeto y calma ( a fuego lento).
Tejemos nuestro telar, preguntas y respuestas constantes, problemas y soluciones, todo empieza a cambiar de color (como el humo que sale del caldero), todo duele y se transforma (burbujas que crecen y revientan). Removemos, removemos, removemos…!!!
Cuando nos observamos y nos respetamos llegamos a conclusiones, a encontrar soluciones, tomar otro camino, ese es el resultado de remover El Caldero (Útero) dejamos que todo lo negativo se lo lleve la sangre transformándolo en Amor al entregárselo a la Tierra (filtramos la poción).
Cuando nos reconocemos sentimos claramente el momento de exponer las cosas, cuando estamos en mejor estado de ánimo para decir lo que queremos decir, (salimos de la fase bruja y entramos en la fase de la doncellas) siendo fieles a lo que queremos y eliminando lo que no queremos. (Nos convertimos en doncellas que damos de beber nuestro brebaje al mundo).
La gente se deleita, se deshace ante nuestra luz cuando somos doncellas, nos escuchan, (conocen otras realidades) pero cuando nos volvemos a convertir en brujas que removemos el caldero todavía les cuesta creer, aún y sabiendo que existen otros mundos a los que nosotras viajamos cada mes del año, que ahí creamos magia si nos permiten y nos permitimos recogimiento, magia que después ponemos a la disposición del mundo para compartir los mensajes, las necesidades y los sueños del telar que tejimos en la cueva.
Nuestra medicina no mata a nadie. La parte oscura de la Bruja es tan buena y necesaria que si no la respetas y la entiendes puede que vivas un cuento de terror en vez de una realidad que supera la ficción.
Con Amor,
Rous.
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