TENER RAZÓN O PERDER LA RAZÓN?
¿Por qué tan a menudo entramos en conflicto con otras personas tratando de defender nuestra manera de ver las cosas? Lo cierto es que cuando el “tener la razón” entra en escena, todo cambia. Aunque que no la podemos ver ni tocar, no dudamos en pelearnos por ella. Si no nos la dan, la exigimos con dureza, la reclamamos indignados o nos retiramos cabizbajos y resentidos. No en vano, solemos creer que la alternativa a “tener la razón” es “estar equivocados”. Pero ¿es eso cierto? Y aún más importante: ¿tener la razón nos hace más felices o mejores?
No se trata de ver quién tiene la ‘razón’, sino de crear un clima de empatía, confianza y autenticidad. Ésa es la esencia de una conversación enriquecedora, incluso transformadora. Para lograrlo, basta con que de vez en cuando nos preguntemos qué preferimos: ¿tener la razón o ser felices?
VÍA YO EVOLUCIONO
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