El arte de la paz comienza en ti mismo; trabaja para conseguir que permanezca a tu lado. Todo el mundo posee un espíritu que puede perfeccionarse, un cuerpo que puede ser entrenado y un camino que recorrer.
Tú estás aquí para cumplir esas tres metas, y para eso hacen falta dos cosas: conservar la tranquilidad y practicar el arte en todo lo que hagas.
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