La bondad hasta pronunciarla suena armonioso al oído, y es la parte opuesta de la maldad, la bondad es la disposición permanente de ser el bien, de manera amable y generosa. Donde el respeto te lleva a querer prestar ayuda a tus semejantes y te preocupas por su bienestar.
Ser bondadoso no quiere decir ser blando, bobo, ingenuo o sin carácter, como muchos creen. Si una persona está en una situación difícil y necesita ayuda, el bondadoso no duda en ofrecérsela y lo hace sin ofender, amorosamente. La bondad elimina a el egoísmo, a la mezquindad, la maldad y la falta de grandeza humana.
La bondad va perfeccionando a la humanidad y por ende al hombre. La bondad es un don natural para ser el bien, viene plasmado en tu alma, cuando no se deja contaminar por la oscuridad, el bondadoso no se alaba solo ayuda sin ningún interés.
Hablar de bondad es hablar de amor, de exaltar lo más bello del universo el estado de conciencia y plenitud de amor incondicional.
Cito: “ Buscando el bien para nuestros semejantes, encontraremos el nuestro” Platón.
ELANGELUS… MONICA ZERPA.
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