Recibí esta carta de mi hermano Alex esta mañana. Es muy personal, y al mismo tiempo, muy relevante para todos nosotros. Es un ejemplo de la vida real, de cómo dejar de crear la dualidad Luz/ Oscuridad y empezar a crear una dualidad Luz/ Amor.
Me dijo que podía compartirla con vosotros, a pesar de no saber cómo termina la historia.
Después de leerla, echa un vistazo a tu propio campo, a tu propio yo, para ver si tú también te estás aferrando a tu Lado Oscuro.
"Una Historia Personal"
"Al igual que tú, cuando era pequeño, me gustaba tener conversaciones en mi cabeza con esa persona que a veces me decía cosas. Nunca vi a esta persona, pero sospechaba que era realmente yo.
Cuando era pequeño, a veces me gustaba tener largas conversaciones con él, porque el mundo era un lugar extraño y no demasiado agradable, y yo tenía grandes muchas dudas sobre si debía seguir aquí... o no.
Una vez, cuando tenía unos 7 u 8 años, pensé seriamente en suicidarme. Pero hablando con esa voz acerca de los pros y los contras del suicidio, llegamos a la conclusión de que, aunque la vida parecía un lugar muy desagradable, con cortas y poco frecuentes ráfagas de amabilidad, y un lugar donde, según la lógica de mi joven yo, no valía la pena seguir viviendo, debíamos mirarlo desde la perspectiva de que en un corto período de tiempo todas las personas queridas lo superarían, y de que, en cualquier caso, el planeta estaba lleno de vida.
Así que una vida menos no se notaría demasiado. Pero si uno observaba el panorama general, en el que nuestro planeta era una solitaria isla de vida en un gran universo, un universo enorme y con poquísima vida inteligente, entonces mi vida valía mucho. Así que, por el bien del universo, seguí viviendo. (Esto fue gracias a haber leído sobre temas de astronomía desde muy corta edad).
Proseguí con las conversaciones durante años y cuando llegué a la adolescencia en Argentina estaba seguro de que simplemente mantenía conversaciones conmigo mismo. Lo extraño era que muchas veces "mi yo" sabía cosas que yo no sabía y que, unas semanas o meses después, resultaban ser ciertas.
En una de esas conversaciones con "mi yo" llegamos a la conclusión de que vivíamos en un mundo bastante violento y hostil, que por supuesto lo creábamos nosotros, y que la energía que utilizábamos para ello debía servirnos para hacer frente a todo lo que se nos presentaba.
Yo solía practicar artes marciales, por lo que me gustaba leer sobre el tema. A través de estas lecturas, descubrí el concepto del Ying y el Yang. Así que junto a "mi yo", decidimos que sería genial ser una persona "equilibrada". Esto significó que a partir de entonces debíamos avanzar por la delgada línea de mantener el equilibrio entre nuestro lado malo (oscuridad) y nuestro lado bueno (la luz). Tengo que decir que esto funcionó bastante bien durante mucho tiempo.
Hace unos 15 años empecé a hacer Tai-Chi, y luego empecé hacer a Tai-Chi con meditación Zen. Hace unos 11 años, comencé a practicar la meditación espiritual. Fue durante estas sesiones que descubrí algo diferente en mí.
Durante las meditaciones grupales la gente describía encuentros con seres de luz. Los describían como ángeles guardianes, el yo superior, etc. En mi caso, los describía como “yo superior”, y a veces eran tres y cuatro, pero lo curioso es que uno de ellos era siempre del lado oscuro. Una situación con la que nadie más se encontraba. Tras darme cuenta de que este ser siempre estaba conmigo, llegué hasta él y vi que representaba violencia, agresividad, egoísmo, etc, pero que conmigo era un ser muy amable y cariñoso. Estaba allí porque yo lo había llamado, para poder ser una persona equilibrada.
Ahora llegamos al final del tiempo según los Mayas. Hablo de esto sólo porque a mediados de diciembre de 2012 yo estaba pasando por momentos muy duros. Había cerrado mi negocio de software y no tenía un camino profesional claro ante de mí. Esto me ocasionó una gran incertidumbre financiera y mucho estrés.
Todo esto empezó en septiembre y durante mis meditaciones siempre pedía orientación y ayuda. Pero en diciembre, durante una meditación, me molestó que no me llegara ayuda y pude ver a mis “yoes superiores” y a mis guías al mismo nivel que yo, así que les regañé por no colaborar.
La respuesta que recibí fue que no podían ayudar mientras estuviera dominado por el lado oscuro. Pensé en esta respuesta durante unos días y me di cuenta de que tenía que abandonar a mi viejo amigo, el “yo superior Oscuro”. Así que un día medité y conecté con él para hacerlo. En primer lugar, le pregunté qué pensaba él sobre mi liberación, y me dijo que no creía que fuera una buena idea, teniendo en cuenta los tiempos que estamos viviendo, pero que dependía de mí. Así que le dije que, debido precisamente a eso, yo tenía que convertirme en un ser de luz, ya que es durante la época oscura que se necesita luz. Entonces le pedí que se fuera y se marchó.
Tengo que decir que me sentí igual que cuando se va un viejo amigo al que no vamos a ver por un largo tiempo. Incluso ahora siento un vacío en el lado donde el "yo" solía estar, y le echo de menos; pero yo sabía que ese era el camino correcto, pues cuando se fue reconocí en mí a una persona que no había visto desde que era muy joven.
En cuanto a estos últimos meses, ahora puedo practicar meditaciones rápidas en cualquier lugar. Decidí meditar mientras fumaba mi cigarrillo de la tarde y de inmediato mis cuatro “yoes superiores” aparecen y todos nos conectamos a Gaia y a las estrellas. Eso es algo que hago en la mayoría de mis meditaciones.
Esta vez, sin embargo cuando estaba visualizando mi energía vital conectada al planeta a través de una corriente de energía que venía de las estrellas, cuatro seres de luz -que sin duda donde no eran mis “yoes superiores”-, bajaron por ella y me rodearon. Parecían más experimentados, más "reales" o externos que mis “yoes superiores” que, por cierto, estaban muy interesados en todo el proceso. Entonces, estos seres me rodearon y me dijeron que estaban allí para ayudarme y protegerme. Que debía confiar en mí y en la vida y que harían que todo estuviera bien. Y así ha sido.
En estos momentos todavía están conmigo y poco a poco, día a día siento cómo se están convirtiendo en una parte de mí. No hablan mucho, pero puedo notar su presencia todo el tiempo. Del mismo modo, tal como me dijeron, las cosas están mejorando de muchas maneras. Una inesperada ayuda de familiares y amigos, y en el trabajo se están produciendo muchísimas situaciones "afortunadas". Ahora, cuando medito, siempre aparecen las palabras "Yo soy luz". Y durante uno de los grupos de meditación que hicimos durante el solsticio de invierno, al conectarme a Gaia y a las estrellas, un enorme e imparable torrente de energía irrumpió a través de mí y fluyó, como nunca, de Gaia a las estrellas y después regresó a Gaia. Esto volvió a ocurrir durante otra meditación, pero ya no me sorprendió tanto. No estoy seguro de lo que esto significa, pero no estoy buscando explicaciones. Es simplemente la forma en que debe ser.
Un abrazo,
Alex"
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Traducido por Romina Solís
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