sábado, 26 de enero de 2013

“El aceite de unción de MOISÉS y sus efectos”



“El sacramento de la unción no tenía un valor meramente simbólico: como bien sabemos quienes practicamos la aromaterapia, los extractos vegetales y los aceites esenciales tienen poderosas propiedades sanadoras, y aquellos aceites santos se preparaban con grandes cantidades de sustancias aromáticas. El aceite de la Unción Sagrada de Moisés contenía un 84% de lo que hoy consideramos aceites esenciales… Teniendo en cuenta que en aromaterapia médica suele trabajarse al 5-10% de concentración como media, podemos imaginar el impacto sensorial, energético y emocional de una ceremonia tan impresionante”

Enrique Sanz Bascuñana

Casia, canela, álamo, mirra y aceite de oliva virgen en las proporciones que se indican en la Biblia son los ingredientes de una fórmula única que Dios dicta a Moisés para usar como aceite de unción en ceremonias sagradas.

Numerosas culturas antiguas han empleado estas unciones en sus rituales como Mesopotamia, Egipto, Siria y Persa, pero la tradición cristiana deja buena constancia de sus usos y detalles de su elaboración, y en el siglo XXI podemos experimentar con sus preparados.

Enrique Sanz Bascuñana, importante aromatólogo español, escritor-docente, experto en cosmética bioenergética, psicoaromaterapia y tradiciones terapeúticas antiguas occidentales, es el autor de la obra inédita “AROMATERAPIA SAGRADA“, que comentamos en este artículo, y quien ha resucitado el aceite de unción de Moisés que servidora y numerosas personas ya hemos probado.



En la Biblia, la unción aparece con un doble significado: a nivel físico como masaje y con propiedades desinfectantes y terapeúticas, y a nivel energético y espiritual como como un proceso para “santificar” los objetos y las personas e “impregnarlas de la Gracia de Dios”.

El aceite de unción de Moisés tiene un olor agradable, cuando la botellita está cerrada, que recuerda a las galletas de Navidad por su alto contenido en canela, pero un olor muy penetrante y fuerte una vez abierto. En un grupo de meditación y energía al que asisto ocasionalmente, y en otros similares, hemos recibido unas gotas de este aceite en el entrecejo, la garganta y las palmas de las manos con diferentes reacciones: cierto escozor en la piel y gran aumento de la vibración en general y experiencias psíquicas en algunas personas más sensitivas (estados de conciencia alterados, canalizaciones y percepción de la limpieza de entidades astrales bajas).

Nuestros antepasados tenían una concepción holística del ser humano y usaban tratamientos de aromaterapìa con excelentes resultados, por eso Enrique Sanz considera que es importante la recuperación de uno de los sacramentos “olvidados” del cristianismo, la Unción Sagrada, con una visión actual y con conciencia.

El libro “Aromaterapia Sagrada”* se puede adquirir solicitándolo en el mail: jenrisanz@yahoo.es

Y estos son EXTRACTOS aislados del libro sobre el significado y usos de la unción y el aceite de Moisés:


1.2. ¿En qué consiste la unción?

En hebreo, “ungir” es “masach”, palabra muy parecida a “masaje”. También en griego, el significado de la palabra “ungir” está relacionado con “cubrir, frotar o untar la cabeza o el cuerpo (o algún objeto) con aceite”, y en algunos casos, “verter aceite sobre la cabeza o el cuerpo (o un objeto)”¹.

A pesar de que en la actualidad esta práctica ha perdido casi por completo su sentido -está claro que una unción bíblica era algo más que un pequeño punto de aceite aplicado ligeramente con los dedos o manos-, creo que es importante recuperarla y ver que tiene una gran similitud con las formas en que aplicamos la aromaterapia en la actualidad. En las unciones originales, se empleaban grandes cantidades de aceites, bien oliva con aceites macerados, bien aceites esenciales aromáticos solos. A veces, los aceites se frotaban y untaban en varias partes del cuerpo. Es bien conocida la imagen de la mujer pecadora ungiendo los pies de Jesús y masajeándolos (Lucas 7:36-50, Juan 12:1-8).

“Masach” es también raíz del término “Mesías” en hebreo. Como el Nuevo Testamento se escribió en griego, la palabra empleada es “Kristos”, literalmente, “el ungido”. Cuando decimos “Jesucristo”, estamos diciendo “Jesús, el ungido“.

Luego algo importante se oculta detrás de esta práctica para que los antiguos le diesen tanto valor ¿sólo simbólico?

En Salmos 133:2, se describe la unción de Aarón como:

Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras.

Esto deja claro que la cantidad de aceite empleada era grande, no un toque simbólico, sinoun auténtico baño. Y lo empleado no era simplemente aceite de oliva, sino que se empleaban “ungüentos”, que por definición, son aceites preparados con mezclas de aceites esenciales o maceraciones de plantas aromáticas y que tienen características que les diferencian del simple aceite de oliva ya que son muy preciados y valorados (desde la aromaterapia podemos entender perfectamente ese valor).

Cuando en el Nuevo Testamento leemos sobre “valiosos ungüentos” o aceites vertidos sobre Jesús en dos ocasiones durante la Pascua de su última estancia en Jerusalén antes de su arresto (Mateo 26:7; Marcos 14:3; Juan 12:3-8), vemos que se empleaban cantidades importantes de aceites costosos, en este caso, parece que formados exclusivamente por nardo (Nardostachys jatamansi) y mirra (Commiphora mhyrra).

Según Marcos 6:13, Jesús instruyó a los discípulos en el arte de la sanación espiritual mediante la unción con aceites (oliva) con especias valiosas y aceites aromáticos. Por si alguien a estas alturas duda que las unciones se realizaban con cantidades abundantes de aceite y derramándolo sobre la cabeza, veamos estas citas (…)
1.3. Otros significados de la palabra “ungir”

Si bien esta palabra aparece ciento cincuenta y seis veces en la Biblia, no siempre connota uso de aceites. En Juan 9:6, Jesús unge a un ciego con un poco de barro humedecido con su saliva. También la palabra se emplea como “ser designado o elegido por Dios o el Espíritu Santo”.

Esta unción, el Espíritu, no requiere aceite. Se usa diez veces en la Biblia. La unción de un sacerdote siempre implica el uso de aceites aromáticos, concretamente el de la unción sagrada (Éxodo 30:23-24).

Hay más de treinta menciones de sacerdotes ungidos en la Biblia.

Los reyes también eran ungidos siempre con aceites aromáticos, encontramos sesenta y una referencias a unciones reales.
1.4. La unción y la hospitalidad

Una forma de saludo y bienvenida para los invitados distinguidos era verter un poco de aceite perfumado en cabeza y pies y masajear sobre la piel. Es de imaginar que después de una larga caminata con sandalias o descalzos, esa costumbre fuese como una bendición para quien la recibiese.

El uso de aceites perfumados debía tener varias funciones: alivio, desodorante, cicatrizante, antiinflamatorio, circulatorio, etc. El baño o ducha actuales no eran comunes en aquel entonces, el uso de aceites perfumados era una garantía de higiene y cuidado sano de la piel.
1.5. La unción de objetos

En Génesis 35:14 se menciona la unción de una pila de piedras para sellar el pacto entre Dios y Jacob. En 2 Samuel 1:21 e Isaías 12:5, se ungen escudos para fortalecerlos y santificarlos recibiendo la protección divina en la batalla. En Éxodo 29:2, Levítico 2:4 y 7:12 y Números 6:15, se ungen hojaldres (obleas de pan sin levadura) antes de comerlas. El aceite de la unción o sagrado contenía mirra, casia, canela, cálamo y oliva, o bien era un aceite de olíbano (incienso). Esta es una forma de aromaterapia por vía interna.

En Éxodo 30:26-29 y 40:9-11, Levítico 8:10-11 y Números 7:1, Moisés unge el tabernáculo y todo su contenido para santificarlo. Esto incluía el Arca de la Alianza, los altares, los utensilios (candeleros, cuencos, copas, cuchillos, frascos, jarras, cajas de alabastro con ungüentos preciosos, todo ello en los materiales más costosos de la época).

El aceite empleado (el de la unción sagrada de Moisés) era muy rico en fenilpropanoides, es decir, un excelente desinfectante para los sacerdotes que compartían el lavamanos y manipulaban muchos animales a diario para los sacrificios.
1.6. El aceite de la unción sagrada de Moisés

En Éxodo 30:23-24, aparece la siguiente fórmula que Dios dicta a Moisés para preparar ese ungüento único:
Mirra 500 siclos
Casia 500 siclos
Canela 250 siclos
Cálamo 250 siclos
Aceite de oliva 1 hin

Esto en medidas modernas viene a ser un 84% de aceites esenciales y un 16% de aceite de oliva virgen extra 1ª presión en frío -en las Escrituras se le llama “primer aceite”-.

La casta sacerdotal era la encargada de preparar y aplicar esta combinación sagrada. Fueron los levitas, descendientes de Aarón. Se les llamaba “boticarios” o “perfumeros” (1 Crónicas 9:30).

Después de la receta, Dios dio a Moisés las siguientes instrucciones (Éxodo 30:25-31):

Con estos ingredientes harás un aceite, es decir, una mezcla aromática como las de los fabricantes de perfumes. Éste será el aceite de la unción sagrada. 26 Con él deberás ungir la *Tienda de reunión, el arca del pacto, 27 la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y sus accesorios, el altar del incienso, 28 el altar de los holocaustos y todos sus utensilios, y el lavamanos con su pedestal. De este modo los consagrarás, y serán objetos santísimos; cualquier cosa que toque esos objetos quedará también consagrada.

»Unge a Aarón y a sus hijos, y conságralos para que me sirvan como sacerdotes. A los israelitas les darás las siguientes instrucciones: “De aquí en adelante, éste será mi aceite de la unción sagrada.
1.11 La expulsión de los demonios

Hemos visto que en Marcos 6:12-13, en la primera pare, se habla del arrepentimiento y su importancia clave y básica para la sanación. En la segunda parte se habla de los demonios.

Actualmente mucha gente no cree en ellos, incluyendo a muchos cristianos. Pero parece ser que tanto Jesús como los apóstoles si creían en ellos. Una parte importante de las curaciones de Jesús consistió en la expulsión de demonios (Mateo 4:24; 8:16, 28 y 33; 9:32; 12:22 y 15:22; Marcos 1:32; 5:15, 16 y 18, y 16:17; Lucas 4:33 y 41, y 8:36). Esto es un ejemplo de la importancia que se daba a diablos, demonios y espíritus malignos. Pero según Efesios 6:12, hay más:

Porque nuestra lucha no es contra *seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.

La presencia de demonios y este tipo de entidades (energéticas) suele ir asociada a olores fétidos o putrefactos. El aroma de los aceites esenciales es todo lo contrario. Su aroma y su energía nos ayudarán en este tipo de situaciones, junto con la invocación del nombre de Jesucristo y la oración fervorosa (si somos cristianos). En esta categoría pueden entrar también cierto tipo de trastornos mentales.

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