La falta de amor por nosotros mismos.
Muchas veces cultivamos nuestras relaciones más íntimas desde un lugar de miedo a quedarnos solos, haciendo todo lo posible para que nuestro compañero/a se sienta bien, sin ver si nosotros nos estamos sintiendo bien. Las relaciones laborales ó familiares nos mueven a realizar acciones muchas veces “en contra nuestro”: nos abandonamos.
Abandonarnos es no seguir nuestro deseo más profundo y terminar haciendo lo que el otro quiere, por temor a perder esa relación.
Abandonarnos es haber planificado modificar nuestra alimentación en una más saludable y aceptar hoy un “compromiso” para comer, donde sabemos que nos dejaremos tentar.
Abandonarnos es no escuchar a nuestro cuerpo cuando este nos duele pidiendo un mayor descanso ó una actividad que lo dinamice.
Abandonarnos es no conectarnos con nuestro interior ó no querer estar con nosotros mismos a pesar que estamos necesitando “parar”.
Abandonarnos es comenzar y dejar aquello que queríamos ó teníamos pendiente.
Abandonarnos es dejar para mañana lo que nuestro corazón siente que quiere hacer hoy.
Abandonarnos es cuando vamos a algún lugar al que no queremos ir y lucimos nuestra mejor “sonrisa de actor”.
Abandonarnos es cuando le decimos que SI a nuestros hijos por temor a decir NO (y no querer ocuparnos de explicar “por qué NO”).
Abandonarnos es cuando sentimos enojo, pero lo disimulamos por el qué dirán, “comiéndonos” la bronca hasta que “se nos pase” (mientras vamos expandiendo la rabia a todos los que andan cerca nuestro y que nada tienen que ver).
Abandonarnos es creer que “mañana algo va a cambiar” y mientras esperamos “sentados” ese cambio.
Abandonarnos es no expresar nuestra verdad mientras sentimos que nos están manipulando.
Abandonarnos es auto justificarnos permanentemente.
Abandonarnos es hablar todo el tiempo y no escuchar lo que los demás tienen para decirnos.
Abandonarnos es continuar pensando “pensamientos automáticos” que sabemos nos hacen mal emocionalmente.
Abandonarnos es transigir en pro de creer que así mejoraremos ó mantendremos nuestras relaciones con los demás.
Abandonarnos es no amarnos, no elegirnos, no darnos paz, no darnos silencio.
Pero nadie podrá amarnos si nosotros no lo hacemos primero. Nadie podrá darnos un lugar si antes nosotros no nos damos, porque los demás solo nos reflejan exactamente lo que nosotros hacemos con nosotros.
Miremos a nuestro alrededor, ¿dónde estamos dejándonos de querer? y paremos de hacer esto!!! “Ama al prójimo como a ti mismo” es una maravillosa frase bíblica que no hemos podido practicar completamente, solo nos enseñaron a cumplir la primer parte…y así nos fue: desamores, desencuentros, distanciamientos, enemistades, etc.
Querámonos. Amémonos. Démonos.
Ocupémonos de nosotros mismos y veremos que luego todo se irá acomodando para reflejarnos exactamente eso: AMOR.
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