jueves, 31 de enero de 2013

LA IDEA DE LOS 25.000 DÓLARES...♥



Ivy Lee, un famoso consultor considerado el “padre” de las relaciones públicas, había terminado de dar su presentación a Charles Schwab, el presidente deBethlehlem Steel Corporation, empresa que llegó a ser la segunda acerera más grande de USA.

La compañía estaba enfrentándose a retos importantes en la industria, y su presidente buscaba nuevas estrategias que revitalizaran la dinámica interna de su compañía.

Lee había conseguido la presentación debido a esto, y había presentado habilidosamente las formas en que él podía ayudar al Sr. Schwab a dirigir mejor la empresa.

Al final de la presentación, el presidente de la compañía no se veía convencido. Se dirigió al consultor y le comentó: “Sr. Lee, creo que no estaremos necesitando sus servicios. Ya sabemos cómo manejar esta empresa y qué es lo que tenemos que hacer…el reto más importante que tenemos es con la eficiencia dentro de la compañía”.

La presentación había acabado y todos salían de la sala de juntas. Ivy Lee emparejó a paso apresurado aSchwab, a quien le dijo: “De acuerdo. Si me da 20 minutos más de su tiempo, le puedo enseñar cómo aumentar su productividad y la de sus ejecutivos en por lo menos 50%” - prosiguió- “puede tomar el sistema, probarlo y pagarme lo que usted crea que el sistema vale”.

Lee había captado de nuevo la atención de Schwab, quien aceptó utilizar la idea durante las siguientes semanas y evaluar sus resultados.

Lee entregó el sistema al presidente de la compañía y se despidió de él amistosamente.

Dos semanas después, Charles Schwab envió un cheque por $25,000 dólares al consultor, agradeciéndole por la idea y comentándole que él y sus ejecutivos estaban siendo más productivos que nunca.

Esto era en el año 1920, para darnos una idea, el equivalente aproximado a los $25,000 a la fecha en que escribo este artículo, sería nada más ni nada menos que la nada despreciable cantidad de $285,750 dólares. Evidentemente, Schwabs había quedado impresionado con la idea.

El sistema que Ivy Lee entregó a Charles Schwabs en aquella tarde de 1920 fue el siguiente:
En la noche anterior, escriba las seis cosas más importantes que tenga que realizar al día siguiente.

Numérelas en orden de importancia del 1 al 6.
Por la mañana, empiece con la primera.
Ejecute esta actividad hasta que haya terminado.
Una vez que termine con esta actividad, y solo hasta entonces, pase a la siguiente.

Repita los pasos 4 al 6.
Si no termina su lista al final del día, pregúntese si es hora de decir “no” a alguna de ellas o dársela a que alguien más la realice.
Repita todos los días.

Esta sencilla fórmula, contiene la esencia de muchos libros y cursos sobre administración del tiempo, que aunque agregan cosas de valor, generalmente empujan a los lectores o asistentes a perderse en matrices, cuadrantes o complicados esquemas de priorización, escondiendo, muchas de las veces, el valor de la simplicidad en un mundo lleno de complejidades.

¿Cómo puedes utilizar los conceptos que aquel día entregó Ivy Lee a Charles Schwabs para diseñar un día productivo del día de mañana?

Fuente: éxito360.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario