Ya no busco a alguien que sea sincero/a conmigo…busco a alguien que SEA SINCERO/A CONSIGO MISMO.
Porque nadie puede dar AMOR a los demás si primero no ha aprendido a AMARSE a sí mismo, y eso no es egoísmo, es una realidad.
Si tú no has aprendido todavía amarte, puedes ir olvidándote de encontrar una persona, pareja, amigos, familia, etc…que te ame libre y sanamente.
Por libre y sanamente yo entiendo ese AMOR en mayúsculas, incondicional, sin reservas, sin límites…amarse no es exigirse, no es modificarse, amarse pasa por conocerse a uno mismo, con sus luces y sus sombras, sobre todo, con las sombras…con esa parte que a todos nos gustaría meter debajo del felpudo o en el armario de las cosas imposibles.
Pasa por desempolvar cada defecto, uno a uno, revisar conductas, analizar “errores” y sopesar las consecuencias…y, desde ahí, tomar consciencia del todo que nos habita y amarlo, amar cada una de nuestras pequeñas y grandes imperfecciones y cada una de nuestras humanas y divinas virtudes…si consigues ver este bagaje que contienes y ser plenamente consciente de que hay un sinfín de cualidades que no te hacen sentirte precisamente orgulloso, y, a pesar de ello, amarte, estás preparado para dar al resto del mundo amor, pero AMOR del de verdad, no del amor mendigo, carente de autoestima y buscando el beneplácito inconsciente o consciente de tus acciones para conmigo…buscando constantemente aprobación y agradecimiento.....ese “amor” que vende cada día la sociedad, que demanda el ego, que reclama la personalidad egoica y egotista…de ese no.
VÍA BLOG ALTERNATIVO
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