Hace aproximadamente un año estaba conversando con una conocida a la que las cosas no le van muy bien. Para ser exacta desde hace algunos años viene pasando por una serie de dificultades económicas que la llevaron a un estado nervioso muy notorio. Serias dificultades.
Cuando hablaba con ella por teléfono me dijo en un tono de verdadero lamento “pero no sé qué es lo que me pasa a mí… no entiendo, si lo que yo pido a la vida no es demasiado, yo sólo quiero lo necesario para poder comer bien y no estar ahogada en cuentas que hay que pagar y tener que hacer magia para llegar a fin de mes…¿eso es mucho pedir? Yo no quiero riqueza, yo sólo quiero lo suficiente para poder vivir”.
En aquel entonces tenía sólo una vaga idea de lo que realmente estaba pasando en su vida. Tenía la intuición de que las cosas que le pasaban tenían que ver más con su actitud que con sus circunstancias. Dicho sea de paso, ella siempre culpa a sus circunstancias, las cuales de hecho son poco convenientes pero mucho menos alentadoras cuando se las mira a través del lente del “¿por qué me pasa a mí?” o peor aún “¿por qué otros tienen lo que yo no tengo?”.
Hay dos cosas que en este momento me llaman la atención con relación a su caso. Me llaman la atención porque he tenido suficiente tiempo de analizarlas y porque ahora, con todo lo que nos encontramos aprendiendo sobre la Ley de la Atracción y el pensamiento positivo, veo las cosas desde otra óptica que me está resultando completamente beneficiosa en mi vida y también en la vida de las personas que me rodean.
Primero: Si no encuentra la manera de salir del espiral negativo en el que está inmersa en este momento es poco probable que las cosas le mejoren. Estar durante buena parte del día pensando en la mala suerte y en las pocas oportunidades que tiene con toda seguridad no la va a llevar a encontrar una idea o estrategia para salir del pozo.
Esto es algo básico, pero ya sabemos que una cosa es saber algo y otra diferente es ponerlo en práctica.
Segundo: Ahora que rebobino y recuerdo sus palabras sobre lo poco que realmente necesitaba me doy cuenta de que se estaba mintiendo a sí misma. ¿Realmente ella quiere lo suficiente para comer bien y no tener deudas? No lo creo. Puedo apostar a que lo que de verdad quiere es una casa propia, un trabajo muy bien remunerado, la nevera desbordante de comida y mucho tiempo libre para pasar con su familia.
Esta última debe ser una de las maneras más comunes de autosabotaje. Le estás diciendo al mundo (y a tu más fiel servidor: tu subconsciente) que quieres poca cosa, ¡cuando en realidad quieres mucho más! No estás siendo auténtico contigo mismo. En la intimidad de tus pensamientos sueñas despierto pero no tienes el valor de decirte que eso no es sólo un sueño sino un propósito.
Esta contradicción no sólo no es positiva, sino que es una de las causas por las cuales la mayoría de las personas nunca obtienen suficiente de lo realmente desean. ¿Sabes qué se esconde detrás de este hábito? El temor al fracaso y por ende la anticipación al fracaso.
No puedo dejar de preguntarme cómo algo tan sencillo y lógico no es tan visible y tan claro para la mayoría de nosotros. En realidad no me pregunto cómo, más bien me pregunto en qué momento perdemos el rumbo.
Piensa positivo, Piensa en grande. No te autolimites.
Te deseo éxito y prosperidad.
Eliana El
Fuente: http://www.creaturealidad.com
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