La mente flexible tiene claro que no se pueden tomar todas las cosas en serio y, mucho menos, a uno mismo. Sabe que ser falible es natural y que el humor ocurre y se desarrolla precisamente al ver el lado cómico de nuestra imperfección, sin lastimar y sin burlarse.
El buen humor y la risa implican sacudirse de los “deberías” y de las imposiciones irracionales. Para reírte sanamente de ti mismo, necesitas hacer a un lado la pesada solemnidad y la pedantería de sentirte perfecto, intocable o especial. Humor es modestia.
Walter Riso
VÍA EL TRASTERO DE MI MENTE
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