Me equivoqué: de tanto escucharte te volví sordo.
Me equivoqué: de tanto querer darte el el buen jemplo, imitaste lo que trataba de esconder.
Me equivoqué: de tanto ordenar tu vida te desordoné la mente.
Me equivoqué: te alabé tanto que perdiste el sentido del gusto.
Me equivoqué: te exigí puntualidad y me perdí tu llegada.
Me equivoqué: dándotelo todo hice de ti un egoísta.
Brontis Jodorowsky
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