Hemos atravesado el portal energético del día 21 de diciembre, y como era de prever, no ocurrió ninguna “calamidad”.
Varias personas en esos tres días no notaron nada en particular. Otras se sintieron más sensibles, con ganas de llorar, mientras que muchas sintieron un profundo cansancio. Algunas sintieron miedo, y muchas otras se sintieron perdidas y desorientadas. Y para algunas personas, fueron días de una mayor conexión con su alma, ahondando en un estado de Amor y Paz, que fue coronado con el espíritu la Navidad.
Pero es innegable que este gran cambio anunciado nos trae a la mayoría alegría y esperanza, o como mínimo, curiosidad.
¿Qué podemos esperar a partir de ahora? ¿En qué consistirán estos cambios hacia un nuevo mundo?
Lo primero a tener en cuenta es que estos cambios no sucederán de un día para el otro, sino que es un proceso.
Lo siguiente es comprender que no existe un solo mundo; cada persona crea el suyo, de acuerdo a sus creencias y percepciones de la realidad.
Y es ahí donde entra el cambio… En la medida en que vamos transformándonos, sanándonos y meditando, cambiamos nuestro estado de Consciencia, y salimos de la tercera dimensión para adentrarnos en la cuarta dimensión, que es un estado intermedio, hasta llegar a la quinta dimensión (la cual describiré en otro momento).
En la tercera dimensión existen el bien y el mal, y la mente queda atrapada en todas las dualidades posibles. En esta dimensión también somos prisioneros del espacio y del tiempo, y nos rigen las críticas y los juicios acerca de uno mismo, los demás y de la realidad.
En la cuarta dimensión, en cambio, estamos anclados en el aquí y ahora, y entonces vivimos en la eternidad. En esta dimensión no existe el tiempo, pues sabemos que es una creación de la mente. Sólo existe el Ahora, donde residen el poder, la aceptación y la Consciencia.
En esta dimensión desarrollamos varios dones, como la telepatía, y podemos sentirnos profundamente conectados a otras personas, aún sin verlas o sin comunicarnos con ellas.
Viajamos durante el sueño o en estado de meditación y nos reencontramos con seres que amamos y que están lejos. Y podemos sentir un auténtico Amor Incondicional, por nosotros mismos y por todos.
Es aquí, en esta dimensión, donde sabemos y sentimos con nuestro Ser que todos somos Uno.
En la medida en que más personas salgan de la tercera dimensión para vivir en la cuarta, notaremos cambios reales en el mundo externo, ya que éste es apenas un reflejo de nuestro mundo interno.
Ahora tenemos la posibilidad de crear una nueva humanidad, basada en la cooperación en lugar de la competitividad, en la unión sin distinciones de razas, creencias, religión o estatus social, en la abundancia y la igualdad de condiciones para todos, y en el cuidado y el respeto por nuestra Madre, la Tierra.
Pero depende de cada uno de nosotros que este nuevo mundo se haga realidad. El artículo titulado “Cómo prepararse para el portal energético del día 21 de diciembre”, así como mis cursos y mi libro, “El amor de tu vida”, son en realidad una guía para poder hacer este cambio de dimensiones.
Y cuando más seres humanos den este salto de Consciencia, podremos ver milagros a nuestro alrededor.
¡El mundo que nuestras almas siempre han soñado ya puede ser una realidad!
Bienvenido a este renacer espiritual…
©2012 – ”El blog de Enriqueta Olivari”
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