Las complejidades y variaciones de sus interacciones y vínculos con otras personas son muy complejas. Las relaciones irán y vendrán una y otra vez en sus estancias temporales. A menudo, el drama de una relación que llega a su fin es el trampolín de una vasta renovación, aunque pueda no sentirse así al momento del dolor emocional y el trauma aparente. No obstante, esto es en verdad el alcance y objetivo hacia el Yo.
En un verdadero sentido, el odio es la otra cara del amor, el extremo opuesto del mismo espectro en términos del aspecto emocional.
Hay muchas lecciones que se les concede cuando las relaciones de dualidad finalizan. En las relaciones que son terminadas por uno y perseguidas por el otro, a menudo existe una sensación de traición que resulta en una persecución cargada emocionalmente de rechazo que se produce inicialmente. Esto puede entonces convertirse en ira por el aparente rechazo y puede caer en una espiral hacia abajo en ataque y el odio.
Con el tiempo aprenderán que toda la energía negativa emitida regresa a la fuente de la proyección. No se trata de quién tenía razón y quién estaba equivocado, sino de qué energía se proyectó. Siempre y cuando ustedes porten dolor, ira y odio, estas energías harán pedazos su campo áurico, mancillarán el mundo y envenenarán su estabilidad emocional. Mientras se enfoquen o moren en el dolor, la ira y el odio, van a atraer hacia ustedes más de lo mismo. Punto y aparte. Sin excepciones... Es simplemente la Ley de Atracción.
No obstante, algunos se sumergen en tal negatividad destructiva durante años e incluso vidas enteras, antes de aprender que es la energía de la emoción destructiva (odio, miedo, rabia y dolor) la culpable.
El dolor que se siente a menudo cuando las relaciones terminan de hecho en el aspecto superior, los conducen a la Verdad de su propia soberanía.
ARCÁNGEL METATRÓN
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