Quizás pensemos: "¡No soy así!" o "Esa no era mi intención". O peor aún, tratamos de encontrar defectos en el otro individuo, al decir cosas como: "Bueno, él tiene muchos rasgos negativos, entonces ¿Por qué debería escucharlo?".
Los grandes kabbalistas solían enseñar que estamos ciegos a nuestra verdadera negatividad.
Cuando tenemos el mérito de que se nos muestre, por una amigo o un enemigo, qué es lo que necesitamos cambiar de nosotros mismos, deberíamos entender que el mensaje no sólo viene de ellos, sino también de la Luz. Todo proviene de la Luz.
Por ende deberíamos prestar atención, escuchar en lugar de tratar de justificar por qué están equivocados en sus acusaciones, intentar ser como detectives con una linterna y buscar en nuestra oscuridad la forma en la que ellos pueden estar en lo correcto.
Por ejemplo, tal vez alguien te dijo que eras egoísta por como te has comportado.
Comienza a hacer preguntas rudas como: ¿Podrían estar en lo correcto? Aunque los he estado ayudando mucho ¿la naturaleza de mi intención era egoísta? ¿Lo hice porque quería algo de ellos a cambio? ¿Ayudé porque quería lucir como el héroe?
Esta semana, escucha de verdad el feedback, la retroalimentación de aquellos a tu alrededor.
De hecho, si quieres hacer un esfuerzo extra y revelar mucha Luz, pregúntale a tres personas con las que tal vez no te la lleves muy bien qué sienten ellos que más deberías cambiar. ¡El ego que romperás por sólo preguntar es tremendo!
Ya que estamos ciegos a nuestra propia negatividad, necesitamos la ayuda de aquellos a nuestro alrededor para encender una Luz en las cosas que más necesitamos cambiar sobre nosotros mismos.
Mientras más abiertos estamos a la crítica, más podemos quitarnos las vendas y comenzar a sumergirnos en nuestro verdadero trabajo espiritual.
Todo lo mejor,
Yehuda
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