Cuando el agua sale de sus conductos naturales (inundaciones, escapes, goteras, etc.) es indicio que nuestras emociones se están exaltando y saliéndose de madre (rabias, odios, sentimientos de venganza, críticas, pataletas, malas relaciones, etc.)
Una inundación puede asimilarse a un gran descontrol, las emociones se han desbocado de forma escandalosa y nuestra capacidad de raciocinio está muy mermada. Será necesario tratar de salir fuera de la situación, ver las cosas desde otro ángulo para poder tomar decisiones coherentes.
Un escape suele ser el anuncio de que un asunto se nos está escapando de las manos, se sale fuera de su marco de referencia, lo cual llevará hacia derroteros inesperados, incontrolados.
Las goteras representan que las emociones se filtran por un lugar inadecuado, permitiendo que nos demos cuenta que tenemos una fuga en algún sitio y que debemos repararla
Cuando el agua se atasca y deja de salir por sus conductos estipulados, es señal de que se están produciendo retenciones emotivas, de que nos mostramos tacaños a la hora de prodigar sentimientos, de que nos cuesta compartir…
La rotura de un recipiente que contiene agua (un vaso, una jarra, una botella, una pecera) puede ser indicativo que la persona está atravesando un trance de mucha presión emotiva y que en cualquier momento puede explotar (o el asunto ha explotado ya)
El miedo al agua puede traducir un temor a enfrentarse a cierto tipo de emociones, a perder el control
Tristán Llop, El lenguaje simbólico de las anécdotas
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