Amigos del alma, ya en un texto anterior hablamos del amor incondicional como la más poderosa de las técnicas. Tan simple y al mismo tiempo tan difícil para aquellos que buscan, desesperadamente, métodos iluminatorios y mejor si son complejos o exóticos. La energía del universo es amor en acción, si nos abrimos en forma consciente a esa fuerza, toda nuestra energía se potencia, y lo primero que sana, es el cuerpo físico. Sólo se necesita amor incondicional, gratitud por la vida, entusiasmo, y una sensación de calma dichosa. Si sientes amor incondicional, todos los chacras se abren. Todos los chacras se abren en el mismo lugar, al mismo tiempo, al mismo nivel.
Se abriría todo de un mismo modo energéticamente, con la manifestación constante del amor incondicional. Amor por Uno primero, y por ese Uno manifestado en todo lo que se presenta ante nosotros. Se llega a esa sensación bendita de que no hay más separación, sólo unidad. Todo es Uno. Un hombre dijo: “Quiero abrir los chacras porque así puedo tener poder”.
“¿Para qué quieres tener poder? ¿Qué quieres hacer con ese poder?”, se le preguntó. “Puedo mostrar a la gente que todo esto es verdad”, dijo enfáticamente. La típica respuesta del ego, escudado en lo espiritual. La individualidad expresada. Entonces se le dijo: “¿No sería mucho mejor que vivieras tu vida con amor incondicional y genuino? ¿No sería eso mucho más real?”.
Honestamente, parece que es un viaje de ego. ¿De qué poderes hablamos? ¿Qué poderes pretendemos poseer, con la excusa de ser mejores personas? Todo viene desde el amor incondicional. Cuando amamos de verdad somos invencibles. Si esos poderes te vienen naturalmente desde un estado meditativo, maravilloso, los vas a usar desde el amor, no vas a tener que publicarlo ni contarlo a alguien. Puedes sanar a alguien con solo tocarlo, mirarlo, sentirlo, sin tener que darle una tarjeta de presentación que diga que eres sanador, sabio o maestro. El amor incondicional es el poder supremo. El poder natural. El único verdadero que cuenta. Hasta cada instante.
POR C.M.DOMINGUEZ
Se abriría todo de un mismo modo energéticamente, con la manifestación constante del amor incondicional. Amor por Uno primero, y por ese Uno manifestado en todo lo que se presenta ante nosotros. Se llega a esa sensación bendita de que no hay más separación, sólo unidad. Todo es Uno. Un hombre dijo: “Quiero abrir los chacras porque así puedo tener poder”.
“¿Para qué quieres tener poder? ¿Qué quieres hacer con ese poder?”, se le preguntó. “Puedo mostrar a la gente que todo esto es verdad”, dijo enfáticamente. La típica respuesta del ego, escudado en lo espiritual. La individualidad expresada. Entonces se le dijo: “¿No sería mucho mejor que vivieras tu vida con amor incondicional y genuino? ¿No sería eso mucho más real?”.
Honestamente, parece que es un viaje de ego. ¿De qué poderes hablamos? ¿Qué poderes pretendemos poseer, con la excusa de ser mejores personas? Todo viene desde el amor incondicional. Cuando amamos de verdad somos invencibles. Si esos poderes te vienen naturalmente desde un estado meditativo, maravilloso, los vas a usar desde el amor, no vas a tener que publicarlo ni contarlo a alguien. Puedes sanar a alguien con solo tocarlo, mirarlo, sentirlo, sin tener que darle una tarjeta de presentación que diga que eres sanador, sabio o maestro. El amor incondicional es el poder supremo. El poder natural. El único verdadero que cuenta. Hasta cada instante.
POR C.M.DOMINGUEZ
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