Por Solange Zavala
¿A cuántas de nosotras nos pasó que cuando éramos niñas, nos veíamos a los 30 casada y con hijos? Sin embargo, no nos imaginamos que nuestra vida a esta edad sería diferente. ¡Ya cumplí 30, estoy soltera y sin hijos!
Pero, ¿por qué ser soltera es todo un tema? Acaso es necesario tener una pareja a nuestro lado para sentirnos felices? La respuesta es no, pero vivimos en una sociedad que por un lado los medios de comunicación se encargan de poner a la soltería como lo mejor que nos puede pasar, haciéndola deseable mediante una intensa campaña de marketing, por el otro lado, están nuestros familiares y amigos, que con sus comentarios tienden a hacernos sentir patéticas sugiriendo que ser soltera es sinónimo de desdicha y tristeza.
Como si no fuera suficiente tener que enfrentar la presión de nuestro reloj biológico el cual cada vez camina más rápido, tener también aguantar la presión social donde sueles escuchar frecuentemente, ¿tienes novio?, cuando lo tienes te preguntan cuándo es la fecha de la boda, una vez casada te preguntan cuándo vas a tener hijos y así sucesivamente…estar respondiendo esas preguntas es agotador! Y es que aunque vivamos en un siglo donde la mujer tiene mayor libertad para decidir qué hacer con su vida, el hecho de casarse y tener hijos sigue siendo el ideal mayoritario en nuestra cultura.
Sin embargo, estar sola hoy en día no es lo mismo que en el tiempo de nuestras madres y abuelas donde aun se consideraba que la mujer fue hecha únicamente para el matrimonio. Antes las mujeres se casaban aun sin estar enamoradas por miedo a quedarse solas, y las que no lograban alcanzar ese propósito estaban condenadas a vivir como una solterona amargada dedicada a vestir santos el resto de su vida.
Estar soltera es una etapa de tu vida que te permite:
Tener más libertad para administrar tu tiempo de manera que puedas realizar actividades que te gustan sin tener que consultar con tu pareja.
Puedes reunirte con amigos a platicar largo rato, irte de compras sin problemas sin tener que decir donde estas, ni rendirle cuentas a nadie de cuanto gastaste.
Es un momento ideal para mimarte, darte gustitos, hacer lo que se te apetece, dedicarte tiempo a ti. Conectarte con tu mundo interior.
Cuando no tienes esposo ni hijos de los cuales cuidar, tienes tiempo de llevar una vida social más activa. Involúcrate en eventos sociales que enriquezcan tu vida personal y profesional.
Ya sea que nos encontremos en esta etapa de soltería por decisión propia o porque simplemente nos han abandonado, debemos de aprovechar y afrontar el momento positivamente. Al fin y al cabo, el matrimonio no es sinónimo de felicidad y la soltería no es sinónimo de infelicidad.
Recomendaciones de algunas solteras para sacar lo mejor de esta etapa.
En primer lugar evita auto compadecerte: Aprende a quererte más y deja de sentirte incompleta por no tener una pareja a tu lado. Encuentra la felicidad en ti misma y en la gente q te rodea. Adopta una relación intima con Dios, con él en nuestras vidas nunca nos sentiremos solas.
No salgas con cualquiera: La desesperación por conseguir pareja te puede llevar a tomar decisiones equivocadas al aceptar al primero que se te presente. Corres el peligro de caer en relaciones insatisfactorias e incluso abusivas.
Sal con amigos, estos a su vez te pueden presentar otras personas ampliando tu círculo de amistades. Es una excelente oportunidad para encontrar un nuevo amor o simplemente hacer grandes amistades. Cuántas historias hemos escuchado de personas que han encontrado su media naranja en lugares menos esperados como haciendo fila en el supermercado o en una gasolinera.
Ignora la presión social: Vivir en pareja no es lo único en la vida. No les des oportunidad a la gente que te moleste con algunos comentarios, y sobre todo no permitas que te hagan sentir que eres menos por estar sola. Tu estado civil no demarca tu éxito.
Evita compararte: Con eso lo único que lograras es bajarte el autoestima lo que se vera reflejado en tu rostro. Si estás sola es porque eres selectiva y no has encontrado a alguien que llene tus expectativas.
Descarta la idea que hay una edad “correcta” para conocer al hombre de tu vida. Estar soltera a los 30 no es una catástrofe.
Inscribirte en alguna clase de danza, pintura, yoga, tocar un instrumento o cualquier actividad que te guste. Amplia tus horizontes. Aprovecha que tienes el tiempo para hacerlo.
Según la antropóloga Julia Sequi Navarro: “Hay que desdramatizar la soltería y disfrutarla”
Así que deja de obsesionarte por encontrar tu media naranja. Mejor aprovecha la oportunidad que te da la vida para conocerte mejor, encontrarte a ti misma, y aprender a valerte por tu cuenta. Deja de estar anhelando algo que no tienes en este preciso momento. A su propio tiempo llegara el hombre que Dios ha escogido para ti. Como diría mi madre: “matrimonio y mortaja del cielo baja”.
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