jueves, 2 de junio de 2011

MENSAJE DE YEHDUA...(JESÚS)


No voy a endulzarlo: tenemos por delante unas semanas potencialmente difíciles; cinco para ser exactos.
Para entender la naturaleza del crecimiento espiritual no necesitamos buscar más allá de nuestro propio progreso desde la infancia a la adultez. Utilizar nuestras herramientas –la proactividad, la restricción, el amor incondicional, los actos de compasión– es como aprender a caminar. Cuando las utilizamos por primera vez, sentimos esa sensación inicial de libertad tan estimulante. Y cuando tropezamos y caemos, la Luz está ahí para apoyarnos con amor incondicional, animándonos a levantarnos e intentarlo de nuevo.
Una vez que dominamos el caminar, debemos alimentarnos a nosotros mismos. Después de la suerte inicial del principiante, tenemos que trabajar cada vez más duramente con nosotros mismos para ver dónde más podemos poner las herramientas en uso.
Y de la misma forma que cuando crecemos empezamos a sentir que hemos aprendido todo lo que hemos podido de nuestros padres y que estamos deseando salir ahí fuera por nuestra cuenta, nuestra alma también desea eso. Espiritualmente estamos levantando la mirada y gritando: “Venga Luz, deja que lo haga yo solo. ¡Quiero experimentar la libertad verdadera!”. Y la Luz nos concede nuestro deseo, empujándonos fuera del nido, diciendo: “Te he enseñado todo lo que sé. Ahora ha llegado el momento de que te hundas o nades”.
¿Qué significa eso? De repente las pequeñas cosas que antes podíamos ignorar se agarran a nosotros como percebes. Nuestros días están llenos de oportunidades para hacer restricción. Las dudas se vuelven más terroríficas, el enojo nos quema más adentro, la culpa nos hace sentir más pequeños. Nuestro deseo de criticar está fuera de control, nuestros juicios son más crueles y menos compasivos.
El propósito de esta afinación es hacerte saber que las próximas cinco semanas pueden ser un período incómodo. Pero no tiene por qué ser así.
De hecho, yo deseo realmente que llegue esta época del año. Los kabbalistas explican que es nuestra oportunidad para purificarnos emocionalmente, físicamente y espiritualmente. Si hay asuntos muy arraigados en nosotros que nos han bloqueado toda nuestra vida, ahora es el momento de resolverlos. Durante este periodo, las personas dejan de fumar, rompen adicciones, cambian su alimentación y sus hábitos de ejercicio, y arreglan patrones disfuncionales en sus relaciones.
Si sentimos que nuestros estudios de Kabbalah se han estancado, ahora es el momento de mirar con mayor profundidad lo que pensamos que sabemos. Si no tenemos un maestro, es momento de encontrar uno. Para muchos de nosotros, las lecciones que hemos aprendido al principio de nuestro viaje se han convertido en eslóganes vacíos. Ahora ha llegado el momento de rejuvenecer nuestra pasión por la espiritualidad, que al fin y al cabo es de lo que se trata este viaje.
Así que esta semana salgamos al mundo y empujémonos a nosotros mismos. Observemos nuestras palabras y convirtamos nuestro odio en amor. Aceptemos la independencia, la creatividad y el éxito que nuestro Creador quiere para nosotros.
Y recuerda que el acto más grande de compartir que un padre puede hacer es norecoger a su hijo después de que se haya caído, sino dejar que su hijo se levante por sí mismo. Y así será para nosotros durante estas próximas semanas.
Todo lo mejor,
Yehuda

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