El ateísmo , igual que el misticismo, es una creencia. Se necesita para ser ateo una fe tan grande como la que tiene un santo para creer en Dios. También una gran valentía: el ateo no tiene esperanzas en un más allá, ni en un principio superior. Acepta morir y podrirse en un mundo absurdo, producto del azar, sin ninguna finalidad. Un buen ateo radical, en lugar de amargarse, luchará por convertir a nuestro planeta en un jardín de delicias, hermanar a todos los seres humanos, gozar de la existencia, desarrollar su conciencia y alargar la vida lo más posible. Todo humano místico desea lo mismo, pero con más respeto por el universo entero. Más agradable que vivir en una bola tonta que vaga por el espacio, es vivir en un planeta que danza en medio de un universo animado por una Conciencia superior. Buda dijo “Verdad es lo que es útil”. Creyendo que soy un espíritu que tiene un cuerpo y no un cuerpo que tiene un espíritu, vivo cada segundo de mi existencia con felicidad, aceptando ser una ínfima partícula del universo, pero convencido que al final me disolveré en la conciencia universal que es goce creativo eterno.
Respuesta de Alejandro Jodorowsky para Plano Creativo
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