martes, 28 de junio de 2011

Una Entrevista: El Clítoris, Ese Botón Mágico...


Pequeño pequeño…
Kleitoris en Griego significa pequeña colina, y se cree que es de aquí de donde proviene mi nombre. También hay quienes dicen que es de origen indio, ya que Aristóteles menciona que en el río Indo se encontró una piedra preciosa de color oscuro llamada “Clítoris”. Otro de sus posibles orígenes viene del sánscrito llamado “Bhagkosha” y que se traduce literalmente por “el tesoro de la vulva”. Me parece muy poético y evocador. Para que me puedas ver, necesitas abrir la unión de los dos labios interiores.
¿Cuándo empezó a aparecer el clítoris en los libros de medicina?
Federico Andahazi, en su novela El anatomista, cuenta que el clítoris fue descubierto a principios del siglo XVI, por un tal Mateo Realdo Colombo, profesor de anatomía y cirujano de la universidad de Padua, Italia. La mirada a la fisiología de la sexualidad era patrimonio de un cuerpo médico masculino, en el contexto de una sociedad influenciada por la religión, también dirigida por hombres.
¿Tiene la mujer la mítica “envidia del pene”, tal como defendió Freud?
Independientemente de la teoría psicoanalítica, el problema surge cuando a las niñas se les define como niñas por lo que no tienen, y no por lo que tienen, eres chica porque “no tienes pene”. Ese es un mal comienzo para lograr un desarrollo sexual pleno.
¿Cómo un botón tan pequeño puede dar tanto placer?
Soy el único órgano consagrado totalmente al placer, el que tiene la piel más sensible y en mi diminuto extremo hay más terminaciones nerviosas que ningún otro órgano del cuerpo. Tengo más de 8000 terminaciones nerviosas acumuladas en poco espacio y soy más sensible que la lengua o que la punta de los dedos. Hay mujeres que prefieren pulsar o que se les pulse el botón, una estimulación directa sobre mí. Sin embargo a otras les resulta una zona demasiado sensible y les gusta sentir la excitación estimulando las zonas cercanas.
¿Ese botoncillo solo es la punta de un iceberg?
Al extremo tengo el glande, formado por piel eréctil y una especie de capuchón que es la parte visible, pero me prolongo en dos brazos que se extienden subcutáneamente hacia el interior del cuerpo. Estoy conectado a la vagina y el útero y durante el orgasmo provoco un aparatoso terremoto en todo aparato reproductor femenino.
¿Es tan distinto el orgasmo femenino y el masculino?
No hay dos orgasmos iguales, ni en una misma mujer en diferentes momentos, ni de mujer a mujer y lo mismo pasa en los hombres. De manera sencilla y en general, podemos comparar el orgasmo del clítoris con los disparos de una metralleta y el orgasmo del pene como el disparo de una pistola.
¿Por qué razón se dice que eres un “amigo desconocido”, tanto para hombres como para mujeres?
Mi única razón de ser es dar placer, no hay otra. En las familias, las sociedades y las culturas, en las que me han anulado de cualquier forma, existe una prohibición del placer sexual de la mujer y, tal como defiende la psicogenealogía, detrás de las limitaciones para el gozo, está el nudo sadomasoquista asociado esta vez al ego libidinal.
Después de todo lo que se ha dicho queda preguntarnos: ¿Cómo es posible que continúe existiendo la ablación nuestros días? ¿Cómo se puede defender esa tradición en pleno siglo XXI?
Como dice Cristóbal Jodorowsky: “Hay que llevar cuidado con tradiciones, hay tradiciones que son criminales. Por ejemplo las que cortan el clítoris a las mujeres. Sin olvidar que una pequeña tradición puede llegar a ser tan perniciosa como una grande…”

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