“En las mil y una noches, cuando Aladino frotaba la lámpara mágica, aparecía el genio y le concedía tres deseos. En la historia, una vez Aladino pidiera sus tres deseos, la magia se desvanecía, de modo que tenía que pensar cuidadosamente que tres cosas iba a pedir.
En el mundo real, con la lámpara del entendimiento y el genio de nuestros genes, tenemos un suministro ilimitado de deseos. Cualquier deseo que pogamos en la lámpara se va a manisfestar genéticamente. Si llenamos nuestra lámpara con palabras curativas, los genes se apresurarán a cumplir con nuestros deseos… en el plazo de segundos. Pero si llenamos nustras lámparas con veneno, obstaculizaremos las capacidades de curación de nuestro servicial genio genético. Aunque los mecanismos que dan lugar a estas diferencias pueden haber parecido mágicos desde el punto de vista de la medicina alopática (el tradicional sistema de tratamiento de los síntomas con agentes que producen el efecto opuesto), los resultados no son, en modo alguno, mágicos.”
Dawson Church
No hay comentarios:
Publicar un comentario