Antes de que puedas realmente ofrecer amor a otro, es importante reconocer tu naturaleza divina. Dios te creó, lo que significa que el propio ADN de Dios está dentro de tu ser.
Por ende, personificas el amor y la Luz.
Si no lo sabes, no puedes mostrarlo.
Y por cierto, si no puedes mostrarlo, ¿¡Cómo, por todos los Cielos, te reconocerá tu alma gemela!?
YEHUDA BERG
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