Paulo Coelho
“A los hombres útiles, que hacen algo útil, no les incomoda que los traten de inútiles. Pero los inútiles siempre se creen importantes, y esconden toda su incompetencia detrás de la autoridad”.
Jean paseaba con su abuelo por una plaza de París. A determinada altura vio cómo un cliente increpaba a un zapatero por determinado defecto que presentaba su calzado. El zapatero escuchó con calma las quejas, pidió disculpas, y prometió reparar el error.
Pararon para tomar un café en un bar. En la mesa de al lado, el camarero le pidió a un hombre que moviese un poco la silla para hacer espacio. El hombre soltó toda una retahíla de improperios, y se negó.
-Nunca olvides lo que acabas de ver –le dijo a Jean su abuelo-. El zapatero aceptó las reclamaciones, mientras que este hombre de nuestro lado no ha querido moverse. A los hombres útiles, que hacen algo útil, no les incomoda que los traten de inútiles. Pero los inútiles siempre se creen importantes, y esconden toda su incompetencia detrás de la autoridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario